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No Me Dejes, Aunque No Te Lo Mereces romance Capítulo 332

Marisela decidió ir a ver el lugar donde Johana creció, el sitio donde vivió durante veinte años.

Sin embargo, apenas se acercó al patio, no pudo evitar recordar cómo Johana siempre salía a recibirla con una energía contagiosa, mientras el abuelo la saludaba con una sonrisa bondadosa. Al pensar en eso, los ojos de Marisela comenzaron a humedecerse una vez más.

Joha ya no estaba.

Nunca volvería a tener a Joha a su lado.

Cruzó el patio y entró a la casa. Todo estaba sumido en un silencio profundo, solo interrumpido por el canto de los pájaros y el susurro del viento moviendo las hojas de los árboles. No había más sonidos, como si el tiempo se hubiera detenido.

Marisela recorrió la planta baja antes de subir lentamente las escaleras hacia el segundo piso, donde se encontraba la habitación de Johana.

Antes de que Johana se casara con Ariel, solían pasar las noches juntas, compartiendo la cama y platicando de todo y de nada, soñando con el futuro.

Sin embargo, la vida de Johana terminó antes siquiera de comenzar.

Frente al librero que estaba junto a la cama, Marisela posó la mano con delicadeza sobre los libros y luego murmuró en voz baja:

—Joha, te extraño muchísimo.

Apenas había pasado una semana desde su partida, pero a Marisela le parecía que habían transcurrido varias vidas.

Como si llevase años sin verla.

Con los ojos enrojecidos, se quedó mirando una foto grupal en el estante. La garganta se le cerró por el llanto.

Tocó con los dedos el rostro sonriente de Johana en la fotografía. Pensar que jamás volvería a verla la hizo romper en llanto de nuevo.

Era tan joven aún, ¿por qué Dios no le dio otra oportunidad? ¿Por qué todos los demás lograron salir, menos ella?

En ese instante, la puerta del cuarto volvió a abrirse. Marisela volteó, notando que Ariel acababa de entrar.

El gesto de Marisela se endureció de inmediato.

—¿Y tú qué haces aquí?

Ariel no respondió. Solo cruzó la habitación y se detuvo a unos pasos de ella.

Al ver que Marisela tenía un portarretratos en la mano, Ariel no pudo evitar mirar con atención. Luego echó un vistazo a otras fotos en el estante: en ellas aparecían él, Raúl, Noé y Ramón. Johana valoraba enormemente a sus pocos amigos.

Marisela, notando la mirada melancólica de Ariel, rodó los ojos. Después se limpió las lágrimas con la mano.

Capítulo 332 1

Capítulo 332 2

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