—Gracias, muchas gracias a todos, de verdad espero que los hermanos mayores puedan orientarme mucho de ahora en adelante.
Después de una breve presentación, todos comenzaron a platicar animadamente, enfocándose en temas técnicos relacionados con su campo profesional.
Johana no pudo evitar sentirse sorprendida. Apenas llevaba tres años alejada de su especialidad, pero el sector de fabricación de equipos había avanzado a pasos agigantados. Además, Avanzada Cibernética resultó ser mucho más impresionante de lo que imaginaba; las áreas en las que trabajaban dejaban a cualquiera boquiabierto.
Cuando terminaron de cenar y el grupo comenzó a despedirse, Hugo se ofreció a llevar a Johana de regreso.
En el trayecto, Hugo le habló de muchos temas técnicos, como si quisiera compensar en un solo día los tres años que Johana había estado desconectada.
Johana escuchaba con atención, sin perder detalle de nada.
Cuando el carro se detuvo frente a la Casa de la Serenidad, Johana se quitó el cinturón de seguridad y, con cortesía, le dijo a Hugo:
—Gracias, señor Hugo. Yo me bajo aquí.
—Anda, ve acostumbrándote. Entre más rápido te adaptes, antes te sentirás parte de nuevo.
—Está bien —respondió Johana, asintiendo antes de bajar del carro.
Hugo bajó la ventana para despedirse una vez más antes de dar la vuelta y marcharse.
Johana observó el carro alejarse por un instante, luego se giró y abrió la puerta del patio para entrar a la casa.
...
En el cuarto principal, justo frente al ventanal, Ariel miraba hacia abajo con las manos metidas en los bolsillos del pantalón, la expresión tan impasible como de costumbre.
Abajo, en la sala, Johana entró sigilosamente; al abrir la puerta, notó que Daniela y las demás ya estaban dormidas.
Al subir al segundo piso y entrar a su habitación, vio a Ariel allí, de pie junto a la ventana. Cuando él se volteó, Johana casi dio un salto del susto.
Pero enseguida se calmó, y esbozando una sonrisa, le saludó:
—Ya regresé.
Llevaban una semana sin verse. Johana pensó que Ariel volvería a desaparecer como antes, pero resultó que, para su sorpresa, había regresado.
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