No Me Dejes, Aunque No Te Lo Mereces romance Capítulo 99

—¿Te has acostumbrado a Avanzada Cibernética? —le preguntó él.

Apenas Ariel abrió la boca, la atención de Johana se desvió de inmediato. Contestó con una sonrisa ligera:

—Me siento bastante bien, la verdad. Hugo es muy buena onda, Edmundo y los demás también son agradables. Y yo misma disfruto mucho este trabajo.

Cada vez que hablaba de su nuevo empleo, Johana parecía transformarse. Era como si brillara, llena de entusiasmo.

Ariel la observó contenta, esbozó una sonrisa discreta y no añadió más.

Hacía mucho que no caminaban así, juntos. En la época de la escuela, solían regresar a casa después de clases, especialmente después de que Johana adelantó de grado. Varias veces volvieron solos.

De repente, el ambiente se llenó de silencio, apenas roto por el sonido de los grillos y las ranas en el jardín. Johana sentía la mano de Ariel, firme y cálida.

Aunque, en realidad, él no apretaba con fuerza.

Pensando en el caos de hoy con las acciones de Nueva Miramar, a Johana todo le parecía irreal, como un sueño lejano. Ariel, con esa calma suya, lograba que las cosas parecieran no tan graves.

Siempre había sido así: Ariel era dueño de una serenidad envidiable desde niño.

La noche avanzaba tranquila. Ariel caminaba sin prisas, como si sólo estuvieran paseando sin rumbo.

Johana lo miró de reojo y preguntó:

—Ariel, después de semejante caída en las acciones, ¿no te pega? ¿No te duele?

Ariel soltó una media sonrisa, despreocupado:

—Todo bien, puedo aguantar.

Él siempre daba la impresión de no tomarse nada en serio, pero, en el fondo, simplemente no era de los que andan diciendo lo que sienten.

Cosas de hombres, pensó Johana.

Aunque el mundo se viniera abajo, bastaba con un “no pasa nada” para seguir adelante.

—Perdón… No imaginé que esto se pondría tan feo —terminó confesando Johana, al fin dejando salir la disculpa que llevaba guardando todo el día.

Ariel volvió a sonreír, sereno:

—Aceptada.

Por un instante, Johana se quedó sin palabras. La manera tan luminosa de Ariel, su capacidad de aceptar todo con esa tranquilidad, la dejaba sin saber qué más decir.

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