O romance ¡Por favor, sé mi pareja! foi publicado em Capítulo 171 com detalhes novos e inesperados. Você pode dizer que o autor Internet investiu muito em ¡Por favor, sé mi pareja! com sinceridade. Depois de ler Capítulo 171, senti uma tristeza gentil, mas profunda. Agora, vamos ler Capítulo 171 e os próximos capítulos da série ¡Por favor, sé mi pareja! no Good Novel Online.
Punto de vista de Zaden
Su destino había sido grabado en piedra antes de que ella y yo naciéramos. Riven tenía dos caminos frente a ella y esperaba que ahora estuviera en el correcto. Tenía la esperanza de que me amara como yo a ella y fuera mi Luna de verdad. Era todo lo que quería para nosotros. Esta vez, la protegería con todo mi ser.
Todos seguíamos esperando a que abriera los ojos. Cuando acaricie su piel, las chispas aparecieron como antes y esta fue mi respuesta, ella había ganado la pelea contra la oscuridad en su interior. Sin embargo, todavía quería ver sus ojos, que cargaban con esos sentimientos y el amor que sentíamos el uno por el otro. No sabíamos cuánto tiempo teníamos que esperar para que volviera a abrir los ojos, así que le pedí a mis amigos y a mi hermano que nos dejaran a solas por el momento.
Algunos se fueron de buena gana y otros no, pero todos lo hicieron. La metí debajo de las sábanas porque su piel seguía fría. Decidí abrazarla y llenarla de mi calor. Estaba desesperado por saber qué había sucedido, si habíamos tenido éxito en nuestra misión o no.
Mi corazón me decía que habíamos ganado esta batalla, pero mi parte racional todavía desconfiaba de la oscuridad.
De repente, un breve y suave jadeo me obligó a soltarla, y miré su rostro encantador. Separó los labios un poco mientras tomaba el aire que necesitaba para recuperar el aliento.
Entonces sus ojos se abrieron y mi corazón se hundió en lo más profundo de mi estómago al ver que eran negros, no había ni una pizca de blanco en ellos.
Los ojos de mi Riven no eran negros. ¿Esto significa que…?
¡No podía ser! Esto no podía estar pasando…
¡No! Me negaba a creer que mi compañera había perdido la pelea.
“¿Riven? Tus ojos…”. No sabía qué decir.
Comenzó a toser muy fuerte y a ahogarse. No obstante, noté que sus ojos volvían poco a poco a su color original. Tan pronto como me vio, se alejó de mí sobre la cama tan lejos como pudo sin caerse. Me observó con cautela mientras yo no hacía nada más que mirarla. No estaba seguro de lo que acababa de pasar.
¿Por qué se estaba comportando de esta manera?
De un momento a otro, se derrumbó en el suelo y comenzó a llorar, pero yo no tenía la fuerza suficiente para caminar hacia ella y tocarla. Me contacté con Lorcan y le pregunté si podía entrar con todos.
“¿Riven?”, la llamé con cautela.
“Lo… Lo siento mucho”, dijo entre lágrimas.
Por fin pude acercarme a ella, me arrodillé y la levanté para que se sentara en mi regazo.
“¿Por qué lo sientes?”, pregunté.
“Po-por haberos lastimado a ti y a Lo-Lorcan. No… No merezco vivir ni ser vuestra Luna”, respondió mientras lloraba. La sujeté con más fuerza.
“No digas eso. Solo tú puedes ser mi Luna y mi manada no puede tener una mejor Luna que tú”.
“Pero ¿cómo puedes decir eso cuando os hice daño a ti y a tu hermano? Tomé muchas decisiones equivocadas, maté a demasiadas personas, no puedo… no puedo creer que hice todo eso”. Estaba hecha un desastre entre sus sollozos.
“Pequeña compañera”. Se estremeció al escuchar mi tono. Podía escuchar sus pensamientos, ella pensaba que estaba tratando de engañarla para enviarla a las mazmorras por sus crímenes. Sin embargo, poco sabía ella que hubiera preferido encerrarnos en esta habitación juntos que enviarla a las mazmorras.
Intentó alejarse de mí, pero la abracé con fuerza. Volví a sentir nuestras chispas de placer después de tantos días y no quería que se alejara de mí.
“Deja de moverte”, le ordené y obedeció al instante, pero no dejaba de sentirse culpable y vulnerable. Ya no estaba bajo la influencia de la oscuridad. Entonces, todo lo que había hecho cayó sobre ella como lluvia, y quedó empapada en vergüenza y miseria. Ella sentía que no merecía perdón por todas las vidas que había tomado sin piedad ni razón, ni por el destino que le había dado a su abuela. Aunque esa bruja había tratado de engañarla, un castigo así no era propio de Riven. Ella nunca hubiera hecho nada de eso. La culpa la estaba devorando viva. Ella pensaba que merecía vivir en un tormento total.
Las lágrimas nublaron su visión e inundaron su rostro. Luego bajaron por su cuello hasta su vestido. Se olvidó de mi presencia por completo porque estaba demasiado envuelta en su propio dolor. Sus sollozos resonaron por toda la habitación mientras su corazón se desgarraba.
“Ya basta”, le ordené de nuevo.
Me miró con tanta culpa en sus ojos que no tuvo el valor para mantener contacto visual conmigo por más de unos pocos segundos.
Giré su rostro hacia mí de nuevo, besé su frente y la abracé con fuerza. Hundió su cara en mi pecho y sollozó en silencio.
Suspiré y froté su cabeza. Estaba acurrucada en mi regazo como una gatita, pero no me sentía feliz con esta situación.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: ¡Por favor, sé mi pareja!