¡Por favor, sé mi pareja! romance Capítulo 173

Punto de vista de Riven

“Oh… Zaden… Me voy a correr…”. No tardé en correrme en toda su cara mientras él seguía limpiando mis jugos con su lengua.

“J*der, sabes delicioso, mi amor”, dijo mientras terminaba de lamer todo de sus dedos.

Me calmé un poco de mi excitación. Después, me incliné hacia adelante para sentarme y acariciar su cuerpo. Sujeté su miembro entre mis manos, y comencé a frotarlo lento y con una actitud seductora, pero él me apartó y me acostó de nuevo. Luego se hundió dentro de mí sin previo aviso. No tuve tiempo para pensar en nada cuando salió de mí por completo y volvió a sumergirse, esta vez lento. Gemí al sentir todo dentro de mí.

“Sigues estando muy apretada, compañera”, comentó mientras se movía en mi interior. Aumentó el ritmo poco a poco, de tal manera que todavía me sentía cómoda. Nuestra respiración se aceleró a medida que se agitaba más rápido que antes, brindándome un inmenso placer.

Gemí dentro de su boca mientras me besaba. Llevó sus labios a donde estaba su marca en mi cuello para morderla y pellizcarla. Después, se deslizó hacia mis p*zones erectos para acariciarlos.

“¡J*der…!”. Empujó con fuerza. “Qué…”. Empujó de nuevo. “hermosa…”. Enfatizó cada palabra mientras invadía mi interior.

En respuesta, pasé mis manos por su espalda con un deseo más fuerte que antes mientras sentía mis paredes apretándose a su alrededor. Entonces arañé su piel. Colocó su mano entre nuestros cuerpos para tocar mi botón sensible, lo que me acercó cada vez más a un org*smo.

Sintió que estaba a punto de correrme, así que se movió más rápido hasta que mis paredes se tensaron por completo alrededor de su enorme miembro. De pronto, solté todo con una serie de espasmos y mi cuerpo comenzó a temblar. Era increíble, nunca me había corrido tan rápido y parecía imposible que pudiera calmarme.

Su propio org*smo llegó justo después del mío. Sentí su miembro sacudiéndose dentro de mí, descargando todo su contenido mientras gruñía mi nombre.

Cuando por fin nos tranquilizamos, salió de mi interior y se dejó caer a mi lado sobre la cama. Me giré para mirarlo y sonreí un poco sonrojada a la misma vez que él acomodaba mi cabello.

“¿Por qué eres tan hermosa?”, preguntó con un toque de lujuria mientras me besaba con pasión. Después de lo que me pareció una eternidad, me soltó y pasó una mano por mi cabello para peinarlo hacia atrás. No me di cuenta de que estaba llorando hasta que me secó las lágrimas.

“¿Estás bien?”. Sonaba preocupado.

No confiaba en mi propia voz, por lo que solo pude asentir.

“¿Segura?”, insistió.

“Todo está perfecto”, dije sin explicar por qué estaba llorando. Era porque lo amaba demasiado y esta era nuestra última noche juntos.

“Cierra los ojos un rato, luces exhausta”, susurró.

“No quiero cerrar los ojos”, respondí, haciendo mi mejor esfuerzo por contener mis lágrimas. Si comenzaba a llorar, él sabría que algo malo estaba pasando.

“¿Por qué?”, preguntó a medida que me abrigaba entre sus brazos con sus manos en mi cintura mientras estábamos recostados el uno frente al otro.

“Porque, si cierro los ojos, no volveré a verte”, respondí.

“No. No te dejaré ni permitiré que te vayas. Esta es la parte donde comienza nuestro felices para siempre”. No dije nada, tan solo me acurruqué a su lado, rozando su mejilla con mi pulgar. Se sentía cansado y estaba a punto de quedarse dormido, pero yo no quería cerrar los ojos y perderme este momento.

Vi cómo por fin cerró los ojos y se quedó dormido con una sonrisa de satisfacción en su rostro. Yo también estaba cansada y quería quedarme acostada a su lado, mirando su rostro, pero no tenía mucho tiempo. Tenía que irme de este lugar antes de que alguien se diera cuenta.

Me aparté de sus brazos en silencio y me vestí. Sabía que cualquier equipaje tan solo me estorbaría, así que decidí irme sin nada. Me volteé para verlo por última vez. Tomé el riesgo de acercarme y le di un beso en la mejilla antes de salir de la habitación sin mirar atrás.

…

Estaba rodeada de árboles altos, un cielo oscuro y un sendero que me estaba llevando a un lugar desconocido. Tenía la cara tapada, pero me cubrí más. Nunca hubiera imaginado que me iría así. Cuando llegué a los límites del territorio, no había nadie, así que fue fácil escabullirme. Me sentía terrible por elegir esta vida, pero no podía darme el lujo de causar más problemas. Tal vez estaba siendo egoísta o est*pida, pero este era mi problema y de nadie más.

Levanté la mirada al cielo, y vi varios murciélagos y pájaros volando. Me había ido hace una hora y nadie notaría mi ausencia hasta la mañana. Debía irme de esta área lo antes posible. No podía transformarme porque Rhea todavía no me respondía. Además, no quería usar mis poderes ya que temía que me llevaran de regreso a la oscuridad. La única y mejor opción que tenía era caminar.

No sabía a dónde estaba yendo, pero, con algo de suerte, sería un lugar donde nadie me conocía. Sabía que había otro aquelarre cerca, pero pensé que la opción más segura sería quedarse entre los humanos. Sería más fácil ocultar mi aroma y encajar entre ellos porque Rhea no está de humor para responderme.

La ciudad más cercana era la que estaba más cerca del mar.

¿Sería una buena idea ir ahí?

Ese sería el primer lugar que irían a ver después de revisar dentro del aquelarre. Debía estar en constante movimiento.

Suspiré y aceleré un poco el paso. Mientras la distancia con mi manada crecía, la carga sobre mis hombros también aumentaba. Sabía que estaba siendo una cobarde y que estaba dejando mucho atrás, pero esto era lo mejor.