Este romance, ¡Por favor, sé mi pareja!, está COMPLETO. Leia Capítulo 174 e outros capítulos aqui.
O romance ¡Por favor, sé mi pareja!, de Internet, atinge circunstâncias dramáticas. Com Capítulo 174, para onde irá o amor do protagonista masculino e da heroína? Siga este romance em booktrk.com.
Pesquisas relacionadas:
Punto de vista de Riven
“Porque no podíamos dejarte ir”, respondió Lorcan, encogiéndose de hombros. “Esto es justo lo que hiciste la última vez. Nos dejaste sin decir nada y alguien más se aprovechó de esa situación. Estás cometiendo el mismo error otra vez. Además, tus amigos se están volviendo locos sin ti; sobre todo Liam, pusieron todo el lugar de cabeza para buscarte, así que vámonos”.
Bajé la mirada al suelo y suspiré. Zaden estaba a mi lado con sus ojos penetrantes sobre mí mientras esperaba que dijera algo.
“No puedo volver con vosotros”, murmuré.
“¿Qué?”. Zaden preguntó con el ceño fruncido. “No puedes dejarme así”.
“No te estoy dejando. Lo hago por ti y tu manada. Merecen una mejor Luna, no alguien que sea una amenaza constante para ellos. Me fui porque no sé qué pasará si vuelvo a perder el control, porque… tengo miedo”, dije.
Seguía mirándome con el ceño fruncido y una expresión helada de furia.
“No, no… te… irás… y que no se diga más”, dijo después de un momento de silencio.
“Si te quieres ir, está bien, pero no así. Habría sido diferente si nos hubieras dicho por qué querías irte. ¿Por qué desapareciste de la nada? ¿No entiendes lo preocupados que están todos?”, dijo Lorcan.
Él tenía razón, todos a los que les importaba debían estar muy preocupados porque había desaparecido. Bajé la cabeza y asentí en silencio. Decidí que lo mejor era no volver al coche. Zaden le dio algo de dinero al hombre y se disculpó por las molestias. “No es nada, querido. Si alguna vez decidís ir a South Bay, aseguraos de visitarnos. Nos encantaría veros de nuevo”, dijo y se despidió. Luego vi cómo su coche se alejaba a la distancia, dejando un rastro de polvo en su camino.
“Vámonos”, ordenó Zaden, alejándose. Me quedé de pie, mirando su espalda mientras caminaba a cierta distancia de mí. Por supuesto que estaba enojado, pero yo había tenido mis razones para irme.
“¿Riven?”, me llamó Lorcan. Zaden se dio la vuelta con los dientes apretados por la ira. Estaba tratando de no explotar en este momento.
“Por favor, entended, chicos. No puedo volver”, susurré y Zaden gruñó frustrado.
“Entonces, ¿estás tratando de decir que nunca volverás?”, preguntó Lorcan en un tono serio.
“Podéis regresar, solo decidle a los demás que no pudisteis encontrarme”. Al escuchar mis palabras, Zaden se pellizcó el puente de la nariz y se rio. Su risa sin emociones sonaba como si quisiera matar a alguien.
Caminó en mi dirección y Lorcan trató de detenerlo, pero se paró frente a mí.
“Lorcan, ve y diles a todos que la encontramos”, le ordenó mientras me miraba a los ojos.
Él quería decirle algo, pero al final se dio la vuelta, se transformó en su lobo y salió corriendo.
“Escúchame, Riven y escúchame bien. No puedes dejarme, nunca permitiré que me dejes. Me has visto adorándote, pero no me has visto furioso y ahora estoy haciendo todo lo posible para controlar mi ira. Entonces, por favor, no me hagas hacer algo de lo que podría arrepentirme. Vas a venir conmigo ahora mismo o te cargaré sobre mi hombro y te arrastraré de vuelta a la manada”. La ira era más que evidente en su mirada y su voz. Su actitud debería haberme hecho temblar de miedo, pero en cambió me estaba excitando.
¡M*lditas hormonas del embarazo!
Resoplé como una niña y caminé en la dirección contraria, pero tomó mi mano y comenzó a arrastrarme. Aunque intenté alejarme, no me dejó. Aparté la mirada y tan solo caminé detrás de él en silencio.
Sabía que estaba actuando como una niña malcriada, pero él debía ser amable conmigo porque llevaba a su cachorro en mi vientre. De un momento a otro, se detuvo y soltó mi mano de su fuerte agarre. Fruncí el ceño, preguntándose por qué se había detenido de repente. Luego, sin previo aviso, me levantó en sus brazos al estilo nupcial y comenzó a caminar.
¡¿Qué demonios estaba haciendo?!
“Zaden, bájame en este instante”, ordené.
“No”.
“Zaden, bájame. ¿Qué te pasa?”.
“Debo ser amable contigo porque llevas a mi cachorro en tu vientre. No quiero que te canses”.
Me di cuenta de que había olvidado bloquear nuestro enlace mental.
“¡Eres un id*ota!”.
“Lo mismo digo de ti”.
“¿Me acabas de llamar id*ota?”.
Se encogió de hombros. “Tú me llamaste así primero”.
Fruncí el ceño y aparté la mirada de él.
De pronto, escuchamos pasos a lo lejos, por lo que se detuvo y volteó. Los tres hermanos y sus compañeras galopaban hacia nosotros en sus formas de lobos. Cuando llegaron a donde estábamos, Liam se transformó y corrió hacia nosotros.
Comentários
Os comentários dos leitores sobre o romance: ¡Por favor, sé mi pareja!