Entrar Via

Reencarné y mi Esposo es un Coma romance Capítulo 112

Ignacio no apartaba la vista de Sabrina, sin saber si había escuchado las indicaciones de Adriana.

—Llevamos mucho tiempo aquí sentados. No queda bien estar sin pedir nada. Pidamos un par de platos, aunque no te los vayas a comer.

Adriana llamó al mesero y pidió dos de las especialidades de la casa.

Ignacio no comió ni bebió, solo miraba a Sabrina.

Temía que si parpadeaba, ella se iría con el otro hombre.

Adriana, a su lado, comía con ganas. Al ver a Ignacio, tan atormentado por el amor, pensó para sus adentros que, por suerte, ella tenía un destino solitario.

¡De lo contrario, también tendría que sufrir por amor!

—¡La cuenta! Se van a ir. —La voz de Ignacio sonaba apurada. Se giró y vio a la glotona con la boca llena de grasa. Frunció el ceño—. Cuida tu imagen, que para algo eres una Ramos.

Adriana soltó una risa nerviosa, se limpió la boca con una servilleta y fue a pagar.

Al salir del restaurante, Sabrina y Adriano se despidieron y tomaron caminos separados.

—Te dije que solo eran amigos. Cenaron y cada uno a su casa —dijo Adriana, haciendo un puchero—. Ustedes los hombres siempre se hacen ideas raras.

Ignacio guardó silencio por un momento y luego preguntó:

—¿Vamos ahora a Jardines de Esmeralda?

—¿Estás seguro de que Sabrina vuelve a Jardines de Esmeralda? ¿Y si ha vuelto a la mansión Guerrero?

—¿Volvería sola?

—¡Claro!

Un segundo después, Adriana remató:

—Para hacer las maletas.

—¿Te estás burlando de mí? —Ignacio le lanzó una mirada fulminante a Adriana, visiblemente molesto.

—Tranquilo, ahora le pregunto a Sabrina dónde está. No es tarde para que vayas a pedirle perdón de rodillas.

Ignacio asintió casi imperceptiblemente.

Subieron al carro y esperaron unos diez minutos antes de que Adriana llamara a Sabrina.

—De acuerdo, señor Guerrero. —Adriana arrancó el motor y se dirigió rápidamente a la joyería TF.

*Amor a Primera Vista* era el modelo más popular de TF, y había mucha gente comprándolo. Gracias a sus años como clienta VIP, Adriana no tuvo que hacer cola.

Tras comprarlo, le entregó la joya a Ignacio, pero él no la aceptó. Miró la larga fila y frunció el ceño.

—¿Todos vienen por *Amor a Primera Vista*?

—Pues claro, ¿o crees que hacen cola para recibir regalos?

—Eso significa que demasiada gente tiene esta joya. Ha perdido su valor, no es para Sabri.

—Habérmelo dicho antes, ya la he comprado…

—Quédatela tú.

Adriana se quedó perpleja. ¿Demasiada gente la tenía y por eso perdía valor? ¿Pero si se la quedaba ella no perdía valor?

¿Acaso ella era barata? ¡Qué grosero!

***

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Reencarné y mi Esposo es un Coma