Reencarné y mi Esposo es un Coma romance Capítulo 164

Tal como había dicho Isabella, el apellido Molina era casi inexistente en Clarosol. Hace más de una década, la familia del Grupo Molina gozaba de gran renombre en la ciudad, pero tras su bancarrota, los descendientes de los Molina desaparecieron del mapa.

Si Sabrina tenía la capacidad de emparentar con la familia Guerrero y hasta casarse con ellos, entonces su familia seguro tampoco era cualquiera.

Sabrina asintió con una sonrisa.

—Así es, yo no soy originaria de Clarosol, vengo de Rivella.

No mentía. Sus padres eran de Rivella y solo se mudaron a Clarosol después para iniciar su negocio.

Roberto escuchaba en silencio, sin intervenir. En Rivella, entre las empresas conocidas, no había una sola que llevara el apellido Molina. Eso indicaba que la familia de Sabrina era bastante común.

¿Cómo podía una chica común conocer al inalcanzable señor Guerrero? Él jamás creía en cuentos de hadas: si una joven lograba casarse con un “príncipe”, era porque su familia tenía el suficiente peso como para acercarse a ese mundo.

—Eso lo explica, en Rivella hay un montón de Molinas —cambió de tema Isabella, y la curiosidad le brilló en los ojos—. ¿Y cómo fue que conociste a Ignacio? Dicen que es tan distante… seguro fue difícil conquistarlo, ¿no?

—No tanto, la verdad. Ignacio solo parece distante por fuera, pero en el fondo es muy fácil tratar con él —soltó Sabrina con una sonrisa ligera.

Isabella miró de reojo a Ignacio, que seguía callado y serio, y pensó: “¿De verdad espera que le crea?”

Desde que entraron, Ignacio no había dicho ni cinco frases. ¿Ese tipo tan cerrado podía ser fácil de tratar? Eso sí que no se lo tragaba.

—Vaya, sí que las apariencias engañan, ¿eh? —aventó Isabella, ya sin saber cómo seguir la conversación.

Sabrina solo le respondió con otra sonrisa, sin decir nada más.