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Reencarné y mi Esposo es un Coma romance Capítulo 59

—¿Intentó entrar en la cámara acorazada para robar información importante? —preguntó Sabrina, estupefacta.

—Dentro de la cámara acorazada se guardan todos los documentos importantes del Grupo Guerrero. Por supuesto que quería robarlos —respondió Ignacio con un brillo gélido en la mirada y la voz grave—. Si vendiera esa información a una empresa rival, el destino del Grupo Guerrero estaría sellado.

Sabrina sintió un escalofrío de pánico. Por poco, había estado a punto de provocar un desastre.

—Lo siento, no sabía que Matías era esa clase de persona.

—No tienes por qué disculparte, no es culpa tuya.

—Voy a hacer que se vaya de la mansión ahora mismo, y que se olvide de la indemnización por despido —dijo Sabrina y, sin más, se dio la vuelta y se fue.

Encontró a Matías en el cenador del jardín. Él, como si la estuviera esperando, le sonrió.

—Has venido.

—¿Por qué lo has hecho? —le espetó Sabrina, furiosa—. Si no estabas contento con el sueldo, podrías habérmelo dicho. Intentar entrar en la cámara acorazada está muy mal.

Esperaba que Matías lo negara, pero en lugar de eso, lo admitió sin reparos.

—Sí, esta vez he fallado. Fui descuidado, no me di cuenta de que tu marido me estaba vigilando desde el principio.

Había subestimado a Ignacio, pensando que, al acabarse de despertar, su mente no estaría del todo clara. Sin embargo, Ignacio había sospechado de él desde el primer momento en que lo vio y, en cuanto pudo hablar, llamó a su persona de confianza. Y esa persona de confianza no era un hombre, sino una mujer. Fue su error subestimar a una mujer, y por eso bajó la guardia.

—¿Así que entraste en la mansión Guerrero con un propósito desde el principio? —le preguntó Sabrina.

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