«Estoy muerto», era el mantra que pasaba por la cabeza de Germán.
—¡Disculpe, por favor, llame al elevador! —dijo Nataniel con voz apática.
Germán, sorprendido, se puso tenso antes de entender lo que le pedía. Ignoró el dolor de sus costillas rotas y se esforzó por levantarse y estirar la mano para presionar el botón del elevador.
Varios segundos después, llegó el elevador y las puertas se abrieron con lentitud.
Nataniel y Penélope pasaron junto a Germán y entraron al elevador.
Una vez que le dieron la espalda, el miedo de Germán desapareció. Dar la espalda al enemigo fue lo más tonto, pues era la mejor oportunidad que tenía de matar al hombre.
«¿Lo hago? ¡Ay, a la m*erda!».
Sabía lo cruel y sádico que podía ser Carlos Lobaina. Si regresaba y le informaba que había fallado en su misión, se vería sumergido en un mundo de dolor. Así que, ¿por qué no arriesgarse?
Sacó una daga de la espalda y atacó con el objetivo de atravesar el corazón de Nataniel quien, sin voltear a mirar, contraatacó con la sombrilla que tenía en sus manos.
¡Chof! La punta de la sombrilla apuñaló a Germán justo en el centro de la frente, lo que provocó que este se tensara.
En cuanto Nataniel retiró la sombrilla, Germán se fue de bruces y murió.
Presionaron el botón del noveno piso y las puertas comenzaron a cerrarse. Después que se cerraron por completo, Nataniel se dirigió a Penélope, quien aún tenía los ojos cerrados.
—De acuerdo, ya puedes abrir los ojos.
Su rostro estaba pálido cuando abrió los ojos y preguntó con voz temblorosa:
—¿Quiénes eran?
—No tienes por qué preocuparte. Yo me ocuparé. —La tranquilizó con voz firme.
Llegaron al noveno piso y se reunieron con Bartolomé y los otros. Después de eso, la familia entera tomó otro elevador hasta el estacionamiento.
—Peni, adelántense y vayan para la casa. Aún tengo que ocuparme de algunos asuntos —le dijo Nataniel.
Ella sabía que iba a encargarse de los asesinos. Asumió que los habían enviado de nuevo los que estaban detrás del proyecto de construcción. Con tono preocupado, le pidió:
—Por favor, ten cuidado.
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