Abrió la boca sin poder creer lo que veía. Nataniel conducía un BMW que era diez veces más caro que el Mercedes de Humberto.
Nataniel se acercó y sonrió con cortesía.
—Señorita Maldonado. ¿De qué hablaban usted y mi esposa? Parecía interesante.
Tanto Lulú como su novio se sonrojaron. Ella enseguida agitó las manos:
—Nada, nada. —Entonces, agarró a su novio del brazo y salieron de allí abochornados.
…
En la sala de estar de los Sosa.
Alfredo, junto con Samuel y Pablo, y algunos otros familiares estaban sentados alrededor de un invitado muy importante. Tenía unos veintisiete años y llevaba puesto un traje Armani hecho a la medida y un par de lentes de armazón dorada sobre la nariz. Lo rodeaba un aura sublime y regia. No era otro que Félix Lobaina, el tercer hijo de la Familia Lobaina.
Los Sosa tenían cierto prestigio en Fortaleza. Sin embargo, en la región sur y en toda la nación, eran casi desconocidos. En cambio, los Lobaina eran una familia aristocrática, de las élites. Estaban muy por encima de los Sosa.
En ese momento, Alfredo le sonrió a Félix:
—Señor Lobaina, ¿por qué ha venido hasta Fortaleza?
El joven sonrió también.
—Fortaleza es una ciudad agradable y está llena de potencial. Me estoy preparando para expandirme por aquí.
Alfredo abrió los ojos asombrado.
—Puede que Fortaleza sea buena, pero no tiene comparación con Alameda. Los Lobaina son muy prominentes en Alameda y tienen acceso a todo tipo de recursos. ¿Por qué desestima todo eso?
Félix contestó en un tono apagado:
Alfredo se sentía emocionado e incómodo a la vez. Emocionado porque el Sr. Félix estaba interesado en Penélope e incómodo porque ella había sido expulsada de la familia.
Samuel aprovechó para responder:
—Sr. Félix, hay algo que no sabe. Penélope se empeñó en casarse con un vago inútil, incluso a costa de romper los lazos con nuestra familia.
Pablo también respondió con pesar:
—Así es. Ahora está con Nataniel Cruz y hasta tiene una hija suya. Ya no merece su consideración.
Alfredo y los demás se llenaron de pesar. Si Penélope no hubiera estado con Nataniel, podrían haberla casado con Félix. Emparentarse con una familia aristócrata como los Lobaina era algo que la gente ni siquiera soñaba. Intentaba hacerle saber al joven que él y Penélope no eran el uno para el otro y que ya no tenían la oportunidad de estar juntos.
No obstante, las palabras de Félix sorprendieron a todos.
—He oído hablar de la situación de Penélope en estos años. Fue violada por un borracho y dio a luz a su bebé fuera del matrimonio. Tenía la intención de criarlo sola, pero el borracho, Nataniel Cruz, la buscó cuando nadie lo esperaba. Ella tiene un alma bondadosa. Por el bien de su bebé, se comprometió y se conformó con ese inútil de Nataniel. —Su mirada se enturbió—. No me importa su pasado. Me desharé de ese bueno para nada y le daré la felicidad que se merece. También espero que su relación con la familia Sosa pueda restablecerse.

Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Saludo al General