Seduciendo al suegro de mi ex romance Capítulo 119

POV de Judy

La Gala era tan hermosa como había imaginado; también estaba increíblemente llena. En el momento en que nuestra limusina se detuvo en la entrada principal donde todos estaban haciendo fila para entrar, los paparazzi se abalanzaron sobre nosotros. Destellos de luz casi me cegaron, y Walter tuvo que tomar mi mano y guiarme a través de la entrada. La prensa seguía haciendo preguntas sobre lo que Irene estaba usando y cuando me vieron, uno de ellos reconoció el diseño de Ella Venuti y comenzó a hacerme preguntas sobre ello también.

Abrí la boca para responderles dónde conseguí el vestido, pero Irene me detuvo.

— No quieres hablar con la prensa —susurró—. Son unos bichos desagradables y tergiversarán cualquier cosa que digas.

Me mordí el labio y asentí.

Caminamos hacia los guardias de seguridad en la entrada. Ethan sacó las invitaciones para él e Irene. El guardia de seguridad las miró por un momento antes de asentir y hacerse a un lado para que entraran.

Walter entregó nuestras entradas al guardia de seguridad, y él las examinó antes de asentir y hacerse a un lado para nosotros también. Walter me ofreció su brazo y sonreí pensativamente mientras lo tomaba.

La música estaba alta, y todo el mundo llevaba deslumbrantes vestidos y trajes; no podía reconocer a nadie detrás de las máscaras, pero no estaba segura de si podría reconocer a alguien de todos modos.

— Este lugar es increíble —respiré, mirando las luces que bailaban a través del techo—. Es hermoso.

— ¿Primera vez en la Gala? —preguntó Walter, dándome una mirada inquisitiva.

Asentí.

— ¿Es tan obvio? —pregunté, sintiendo mis mejillas calentarse bajo su escrutinio.

— Supongo que es una nueva experiencia para ambos entonces —admitió.

Lo miré sorprendida.

— ¿Tú tampoco has estado antes?

Se encogió de hombros con naturalidad.

— No en una americana —me dijo—. He estado en algunas Galas en Francia, pero nada como esto. También estoy demasiado ocupado con el trabajo, así que no salgo a menudo.

— Entonces, ¿qué se supone que debemos hacer en estos eventos además de estar aquí y vernos bien? —pregunté, en tono de broma.

Él sonrió con picardía.

— Bebemos y nos mezclamos con los ricos —respondió. Cuando me reí, amplió su sonrisa—. ¿Puedo traerte una bebida?

— Eso sería genial —le dije—. Cualquier cosa excepto champán.

— ¿No te gusta?

El primer lugar al que fui fue el bar; me detuve cuando vi a Walter pidiendo un par de bebidas al barman. Si Walter estaba aquí, eso significaba que Judy estaba aquí. Como si fuera instinto, mis ojos inmediatamente la encontraron. Estaba sentada bastante incómoda en una mesa con Ethan e Irene. Parecía que Irene le hablaba sin parar, y Ethan no apartaba los ojos de Judy. Mi sangre hirvió ante esa visión; sus ojos deberían ser solo para mi hija y nadie más.

¿En serio iba a tener que hablar con él de nuevo sobre esto?

¿Y en qué estaba pensando Judy? Usando un vestido así, sabiendo que iba a haber machos sin emparejar por aquí y que iba a estar cerca de su ex pareja. Era casi como si quisiera su atención.

— ¿Tío? —preguntó Walter mientras comenzaba a pasar, con bebidas en mano.

Dirigí mi escrutinio hacia él y asentí sin pronunciar una sola palabra.

— Me alegro de que vinieras —dijo Walter, con una pequeña sonrisa en su rostro—. Espero que esté bien que haya traído a Judy aquí. Sé que tenías algo con que yo saliera con una de tus empleadas. Pero Judy es diferente. Realmente me gusta. Incluso podría estar enamorado de ella.

Mi sangre se heló ante sus palabras.

¿Enamorado?

¿Podría Judy realmente estar enamorada de este tonto a cambio?

Walter tenía un historial con las mujeres; se enamoraba demasiado rápido, pero siempre terminaba encontrando a alguien nuevo y dejando a su amor actual. Realmente mostraba la incompetencia de Judy por enamorarse de un tipo así.