Seduciendo al suegro de mi ex romance Capítulo 140

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POV de Gavin

La rabia que sentí cuando vi a la familia de Ethan atormentando a Judy fue más allá de lo que había sentido en mi vida. Honestamente me sorprendió haber podido controlarme. Quedarme en esta parrillada no era algo que quería hacer, pero Judy me suplicó que lo dejara pasar por ahora y no me iba a ir sin ella. La observé mezclándose con algunas chicas de su edad, y se veía bastante incómoda. Sus mejillas se pusieron de un tono rosa brillante; usé mi oído licántropo para escuchar su conversación, ignorando completamente lo que Raymond Cash estaba diciendo al otro lado de mí.

—Debe ser realmente vergonzoso para ti ver a tu compañero destinado con otra loba —dijo una de las chicas.

—Me sorprende que te molestaras en aparecer —dijo la otra.

Dejé escapar un pequeño gruñido, lo que pareció sobresaltar a la mesa en la que estaba sentado. Me trajo de vuelta al momento actual y vi ojos sobre mí. Me aclaré la garganta y forcé una sonrisa.

—Me disculpo —dije mientras me puse de pie—. Si me disculpan por un minuto.

No estaba seguro de qué iba a hacer, pero no podía sentarme ahí y ver a Judy ser avergonzada por lo que estas lobas sin sentido le estaban diciendo. Caminé hacia ellas mientras continuaban su conversación y sin pensar, puse un brazo alrededor de los hombros de Judy.

—Señoritas —les dije, haciendo que se les cayera la mandíbula—. Si no les importa, voy a robarme a la señorita Montague.

—¿A... Alfa Gavin Landry? —tartamudeó una de ellas, sus ojos grandes mientras me miraba—. Yo... es un honor...

La miré con indiferencia, sin responder.

La otra chica estaba mirando entre Judy y yo, sus ojos llenos de curiosidad.

—No sabía que Judy y tú se conocían —señaló, con las cejas alzadas.

Judy iba a hablar, pero la interrumpí.

—Mi relación con la señorita Montague no es de su incumbencia —le dije—. Si nos disculpan.

No esperé a que Judy discutiera, la jalé conmigo y regresé hacia la mesa donde estaba sentado. Me miró boquiabierta, sus mejillas rojas.

—Podría haber manejado eso —dijo, mirando al suelo mientras caminábamos.

—No deberías tener que hacerlo —murmuré.

Nos sentamos en la mesa, y deslicé un plato de comida en su dirección. Comenzó a mordisquear sin decir una palabra.

—¿Todo está bien? —preguntó Raymond, mirando a Judy y luego de vuelta a mí.

Asentí.

—Como Licántropo, estoy obligado a notar todo lo que pasa a mi alrededor —expliqué—. Pude escuchar a esas chicas siendo irrespetuosas, así que fui a ofrecer mi asistencia.

—Me disculpo, Alfa. Esta no es la impresión que quería que tuviera en su primera vez en mi hogar. Le aseguro que no siempre es así.

Asentí mientras tomé un sorbo de mi vino.

—Si mi hija se va a casar con esta familia, necesitaré establecer algo de confianza entre nosotros. Si no puedo confiar en ustedes con compañeros de manada, ¿cómo puedo confiar en ustedes con mi hija? —pregunté, entrecerrándole los ojos.