Seduciendo al suegro de mi ex romance Capítulo 144

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POV de Tercera Persona

Ethan regresó a su cuarto más tarde esa noche después de darle las buenas noches a su familia. Estaba planeando llevar a Irene a casa, pero cuando vio que no estaba ahí, frunció el ceño. Su cuarto estaba completamente vacío. Agarró su teléfono y revisó sus mensajes, viendo que tenía un mensaje de texto perdido de ella.

Irene: Me fui a casa. Disfruta tu tiempo con tu familia. Te veo pronto. Te amo.

Ethan suspiró y se metió el teléfono de vuelta al bolsillo. Ni siquiera podía decir que estaba molesto; se sintió aliviado de que ella decidiera irse. Significaba que no tenía que pretender estar feliz por otro momento esta noche. El recuerdo de ver a Judy irse con Gavin Landry hizo que un escalofrío helado subiera por la columna de Ethan. Recordó la manera en que él la defendió y como Judy lo miró como si fuera su salvador. Eso enfureció a Ethan más que cualquier otra cosa.

¿Realmente había seguido adelante sin él? Después de todo eran compañeros destinados, y ella aún llevaba su marca en el cuello. ¿Cómo podía ser posible que no tuviera sentimientos hacia él? Se sintió mal del estómago.

No quería perder a Judy. Solo quería casarse con Irene por su estatus como hija de Gavin Landry. Gavin podía por sí solo hacerlo el nuevo Alfa de la manada Luna Roja. Pero aún quería mantener a Judy a un lado. Estaba furioso ante la idea de ella en los brazos de otro hombre.

Decidió que en lugar de irse a casa, quería ir al bar local. Necesitaba una bebida para quitarse de la mente a Judy y la idea de ella con alguien más. El bar no estaba lejos de la casa de su familia, así que decidió caminar hasta ahí, tomando el aire fresco y frío y la belleza de la noche de otoño.

El bar no estaba súper ocupado a esta hora, pero había algunos rezagados pasando el rato y hablando entre ellos. Algunos de los cuales Ethan reconoció de la manada. Le asintieron mientras pasó y él les asintió de vuelta.

—¿Qué te puedo servir? —preguntó el cantinero, Charlie.

—Un whisky —murmuró Ethan, poniendo su tarjeta de crédito en el mostrador—. Y sigue trayéndolos.

—¿Noche difícil? —preguntó Charlie mientras tomó la tarjeta y abrió su cuenta.

—Algo así —dijo Ethan, pasándose los dedos por el cabello.

Charlie se rió y agarró su bebida, deslizándola por el mostrador para que Ethan la atrapara, lo cual sabía que haría.

Ethan se la tomó de un trago, lo cual sorprendió incluso al cantinero. Sin que Ethan tuviera que pedir, Charlie le agarró otra bebida.

Una vez más, Ethan se la bebió de un trago hasta que el vaso estuvo seco. Golpeó el vaso en el mostrador, y se lo deslizó de vuelta a Charlie, pidiendo silenciosamente otro.

Charlie cumplió, sabiendo que significaría su muerte si se negara a sus órdenes.

Después de su sexta bebida, Ethan prácticamente estaba viendo estrellas. No estaba seguro de poder caminar en línea recta incluso si quisiera.

Alguien se sentó a su lado en el taburete del bar, pero Ethan estaba demasiado perdido para realmente notar la nueva presencia.