Cuando encontró el Epi-pen en su lugar usual, lo agarró y se lo metió en el bolsillo trasero, sabiendo que lo iba a necesitar para lo que estaba a punto de hacer.
—He extrañado hablar contigo —continuó Judy mientras untaba la mermelada roja en la rebanada de pan—. Realmente te considero una amiga, Irene.
Así que Irene no era la única acostumbrada a mentir. No había manera de que Judy la considerara una amiga. Irene se sintió mal del estómago escuchando sus mentiras, pero forzó una sonrisa en su rostro bonito y asintió.
—Estoy completamente de acuerdo. Tendremos que juntarnos pronto para una charla de verdad —sugirió Irene.
Judy sonrió, viéndose más relajada que cuando había entrado por primera vez a la cocina. Aplicó otra capa de mermelada antes de poner la otra rebanada de pan encima. Cortó el sándwich en triángulo, lo cual incluso Irene sabía que era la forma favorita de su hermano.
Judy caminó por la cocina en busca de papitas.
—Creo que las papitas favoritas de Matt están en el gabinete de abajo —dijo Irene mientras se dirigió por la cocina y alrededor de los mostradores, detrás de la espalda de Judy. Judy buscó en el gabinete de abajo las papitas justo cuando Irene agarró la mantequilla de maní del gabinete de arriba.
—No las veo —dijo Judy, suspirando.
—Oh, tal vez están en la repisa de arriba —dijo Irene, riéndose.
Judy cerró el gabinete de abajo y luego comenzó a buscar en el gabinete de arriba mientras Irene le quitó la tapa a la mantequilla de maní y escondió el contenedor detrás de su espalda.
Judy finalmente encontró las papitas y las abrió. Regresó al sándwich y puso un puñado de papitas en el plato.
—¡Oh, jugo! —dijo Judy mientras cerró la bolsa de papitas—. Le gusta el jugo de manzana, ¿verdad?
Irene asintió.
—Sí —respondió—. Está en el refrigerador y su vaso favorito de Star Wars está en la repisa de arriba sobre la estufa.
Judy asintió pensativa y le dio la espalda a Irene para poder buscar los artículos requeridos. Irene aprovechó ese tiempo para meter su dedo en la mantequilla de maní y abrir uno de los triángulos del sándwich. Untó mantequilla de maní sobre la mermelada y luego hizo lo mismo con el otro lado.
Cuando escuchó la puerta del gabinete cerrándose, Irene se volteó y suspiró de alivio cuando vio que Judy aún no le estaba prestando atención. Estaba sirviendo el jugo en un vaso para Matt.


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