Seduciendo al suegro de mi ex romance Capítulo 168

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Soltó una risa fuerte, cortando mis palabras.

—Oh, ¿te refieres a la madre que acaba de firmar un contrato para ser nuestra criada interna por el futuro imprevisto? —preguntó, cruzando los brazos sobre el pecho—. Ahora, eres la hija de una criada, lo cual es aún peor de lo que actualmente eres. No pasará mucho tiempo antes de que estés compartiendo una habitación con tu preciosa madre. Mi mamá nunca deja que las criadas vivan en sus habitaciones de huéspedes pristinas. Se va a mudar aquí mañana por la mañana a más tardar.

Apreté los labios en una línea delgada; le prometieron que podría vivir en la habitación de huéspedes y aún ser parte de la familia mientras hacía algunas tareas domésticas. ¿Le habían mentido? ¿Siquiera leyó el contrato antes de firmarlo? Mi estómago se retorció en un nudo apretado y mis manos temblaron a mis costados. No podía dejar que eso le pasara a mi madre; algo tenía que hacerse al respecto. Eran gente terrible, y se estaban alimentando de nuestra desgracia.

—¡Te mataré si haces algo para lastimar a mi madre! —gruñí, mis ojos poniéndose rojos de furia.

Su mano se movió tan rápido que apenas la vi, pero sentí el ardor en mi mejilla y el sonido fuerte de la bofetada. Antes de que pudiera reaccionar, agarró mi cabello y me jaló al suelo mientras su pie bajó y pisoteó mi mano herida. Grité de dolor mientras agarré su tobillo y la jalé al suelo. Enfoqué mi atención en todo mi entrenamiento aunque estaba bastante segura de que mi mano estaba fracturada o al menos torcida. Sin embargo, logré vencerla y la inmovilicé en el suelo.

Gritó y me arañó, sacando las garras de su lobo, y rasguñó mi carne hasta que el aroma de mi sangre llenó la habitación. Silbé de dolor, tratando de hacer que se soltara de mí.

Antes de que pudiera contraatacar, la puerta se abrió de golpe, y escuché un jadeo fuerte.

—¡Kelsey! —gritó Meredith mientras Kelsey logró empujarme y pasó sus garras por la carne de mi rostro, dejando sus marcas en mi mejilla. Grité de dolor mientras el ardor se apoderó de todo mi cuerpo y quemó. Sus uñas tenían esmalte de acónito, por eso dolía tanto y me hizo acobardarme.

—¿¿Qué significa esto?? —escuché al Beta Taylor gruñendo mientras un par de guardias de Creciente Plateado agarraron a Kelsey y la alejaron de mí.

—Atacó a mi hija, obviamente —siseó Meredith mientras fue hacia Kelsey—. ¡Debería ser castigada!

Mis dedos temblaron mientras mantuve mi rostro herido cubierto y mis ojos apartados de ellos.

—Toma las cosas de Judy —le ordenó Taylor a uno de los guardias quien asintió y fue a agarrar mi maleta que había sido arrojada por la habitación. Taylor se volvió hacia Richard quien estaba parado en la entrada con los ojos muy abiertos mientras miraba entre mí y su hija—. ¿Así es como criaste a tu hija? Deberías estar avergonzado de ti mismo. El Alfa Gavin se enterará de esto.