Una madre soltera para el CEO millonario romance Capítulo 64

POV Noel

—¿Te pasa algo?

—Extraño a Valentina —susurro apenada; y siento sus brazos envolverme por detrás.

—Ella estará bien. Maximun y Catalina la están cuidando. Yo también la extraño y… me preocupo a veces, pero…

—¿Pero? —volteo a verlo.

—Creo que debemos aprovechar este momento a solas. Solo serán dos semanas. Aparte, si algo llega a suceder, tomamos el primer vuelo de regreso.

—Tienes razón.

—¿Te gusta el lugar?

—Bali… jamás había estado aquí. Es un lugar muy mágico. Perfecto para nuestra luna de miel —respondo al ver el mar y el cielo—. Un lugar maravilloso.

—Me alegra que te guste.

—No pudiste elegir mejor —susurró; y me quedo mirándolo a sus ojos—. Me gusta el momento…, todo es muy tranquilo, se respira tanta paz y…

—Y?

—Y estás aquí… a mi lado

—Sí… y es para siempre —responde divertido—. Tú lo aceptaste.

—Y no me arrepiento de eso para nada.

—Noel

—No hay nada que desee más que pasar mi vida a tu lado, Demetrius

—Y yo a tu lado, Noel.

Rodeo su cuello con mis brazos y él toma mi cintura con sus manos.

—Te noto un poco pensativa.

—Sí

—¿En qué pensabas?

—En todo lo que se viene

—¿Cómo por ejemplo?

—Valentina, su colegio…, nosotros juntos…, como esposos, mi futuro a tu lado…

—¿Tu futuro a mi lado?

—Sí —sonrío.

—¿Y… en ese futuro, tenemos más hijos?

—Sabes que sí. Fue una de las cosas que conversamos antes de casarnos.

—Lo sé. Solo quería volver a escuchar tu confirmación.

—¿Por qué? ¿Lo dudas?

—No, claro que no

—Pues qué bueno porque… me gustaría tener otro hijo u… otra hija. Me gustaría que Valentina tuviera un hermano…

—O hermana…

—Sí… o hermana.

—¿Sabes? Había comprado dos boletos para un tour en la isla.

—¿Y a qué hora es?

—En 5 minutos. Todos salen del hotel.

—Entonces ya debemos salir —preciso al tener la intención de ir a nuestra habitación para tomar mi cartera; sin embargo, siento cómo me detiene al tomar uno de mis brazos con sus manos—. ¿Qué sucede?

—¿Qué le parece…, señora Hills, si cambiamos de planes? —pregunta; y yo sonrío como una boba.

—Me gusta que me digas… “señora Hills”.

—Mi esposa…

—Mi esposo…, mi hombre…, mi amante y de nadie más. Ni siquiera de la recepcionista del hotel.

—Noel…, ¿seguirás con eso? —cuestiona divertido; y yo sonrío

—Te comía con la mirada, Demetrius —preciso del mismo modo; y volvemos a sonreír—. Pero volviendo a tu pregunta, ¿a qué tipo de cambios te prefieres?

—Bueno pues… —alarga al acercarse a mí— a que, en lugar de ir a ese tour…, podríamos quedarnos aquí y disfrutar de la enorme cama que hay en nuestra habitación.

—¿Me estás proponiendo empezar a practicar la forma en la que extenderemos nuestra familia? —cuestiono divertida; y él sonríe.

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