Venganza Reencarnada de la Rica Heredera romance Capítulo 129

Rafaela había notado una gran mancha roja en el dorso de la mano de Penélope, como si hubiera sido quemada con aceite. Al ver su gesto, Rafaela bajó la mirada, sintiendo una emoción indescriptible que la molestaba.

"Rafaela, prueba esto, todavía está caliente." Le dijo Penélope con entusiasmo.

Rafaela se recostó hacia atrás, cruzando los brazos sobre su pecho, y alzó la vista con una mirada altiva y respondiendo con desdén: "No como cosas que me dan los extraños."

Penélope se apresuró a explicarse, agitando las manos con nerviosismo: "No te preocupes, está muy limpio, me lavé las manos y lo desinfecté todo. No te hará daño y no está envenenado. Si no me crees, mira, lo comeré yo misma."

Tomó un trozo de pastel y se lo metió en la boca, comiéndolo rápidamente. Con el ceño fruncido, se lo tragó todo diciendo: "Supongo que estás a dieta, sólo puse un poco de azúcar, no está muy dulce."

Rafaela inclinó la cabeza, evaluando a la persona frente a ella, mirándola como si fuera una "tonta". Sin embargo, Penélope seguía mirándola con esperanza. De repente, Rafaela agitó la mano, haciendo que todos los delicados pasteles cayeran al suelo.

Penélope se quedó paralizada, con los ojos muy abiertos mirando la comida en el suelo.

"Tengo alergia a la estupidez, mantente alejada de mí, cosa sucia." Dijo Rafaela fríamente levantándose y pasando junto a ella sin mirarla, aplastando un pedazo de Tarta de Azahar bajo su pie.

Penélope aún no había reaccionado, ya que su mente estaba llena de la imagen de Rafaela mirándola con desprecio. Al ver cómo trataban sus pasteles, las lágrimas comenzaron a caer por su rostro mientras se agachaba para recogerlos, limpiando el polvo de encima.

Desde otro lado de la puerta del aula, Joaquín expresó su descontento: "La señorita fue un poco dura."

Penélope se secó las lágrimas con el brazo, cuando en ese momento, el rabillo de su ojo captó unos pantalones de traje negros. Un hombre se agachó a su lado, y Penélope lo miró con sorpresa llamándolo: "Sr. Liberto."

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