Entrar Via

Amor que Fue romance Capítulo 4

El mesero se acercó con una bandeja de copas, dirigiéndose directamente hacia Isabel. Justo cuando ella estaba a punto de tomar una, Isaac alzó la mano y la detuvo en seco.

—Isa, me acuerdo que tu estómago no anda bien, mejor ni le entres al alcohol.-

Isabel lo miró y le regaló una sonrisa tenue, una de esas sonrisas que solo compartían ellos, llena de complicidad y recuerdos.

Felipe apareció en el momento justo con un vaso de jugo en la mano, bromeando que lo había traído especialmente para la señorita Ríos.

Después de eso, Isaac se encargó de evitarle a Isabel varias rondas de alcohol. Sus movimientos parecían casuales, pero en realidad estaban llenos de ese instinto protector que solo alguien muy cercano podía entender.

Cada vez que alguien quería brindar con Isabel, Isaac intervenía con naturalidad y aceptaba la copa en su lugar.

Rozaba el borde del vaso con los dedos, ni siquiera llegaba a mojarse los labios, pero eso bastaba para que el otro se sintiera honrado y se marchara satisfecho, temeroso de incomodar a Isaac.

Esa coordinación, esa facilidad con la que se entendían sin palabras, solo podía venir de años de conocerse.

La noche caía y la fiesta iba tomando más vida. Risas, música de fondo y el tintinear de copas llenaban el salón.

Isaac e Isabel permanecían juntos bajo la luz cálida de las lámparas; se veían tan bien juntos que cualquiera pensaría que estaban hechos el uno para el otro.

Isaac, Isabel… Hasta sus nombres parecían estar destinados a ir juntos, como si fueran hermanos de esos que se cuidan sin decirlo.

Desde lejos, Selena sentía cómo el pecho se le apretaba. Era una sensación tan fuerte que por un momento pensó que no podría respirar.

Tal vez era celos, tal vez tristeza o solo confusión… No tendría que estar soportando ese tipo de emociones. Todo había cambiado desde esa llamada. La realidad la golpeaba de frente ahora, sin piedad. Hace unas semanas, solo tenía que disfrutar de un amor tranquilo; ahora, se encontraba interpretando el papel de la “novia comprensiva” en medio de una fantasía que se derrumbaba.

—Isaac, voy al baño.

Se lo dijo en voz baja, esperando que él volteara a verla. Pero Isaac ni siquiera la peló, su atención estaba clavada en Isabel, escuchando cómo le contaba sobre una exposición de arte en el Louvre.

Isaac asintió apenas, pero sus ojos nunca se apartaron de Isabel.

Selena se dio la vuelta y caminó hacia el baño, sintiendo que arrastraba los pies.

Las dos salieron platicando y riendo, y el baño volvió a quedarse en silencio.

Selena se miró otra vez en el espejo. Su maquillaje estaba impecable, la tela roja de su vestido caía perfecta, pero sus ojos seguían vacíos.

Sacó su celular y tecleó un mensaje: [Me siento mal, me voy a casa.]

El sonido de mensaje enviado retumbó en el baño, pero ni eso logró aliviarle el nudo en el pecho.

Esperó varios minutos, pero la pantalla permaneció oscura. Nadie respondió.

Selena sonrió con tristeza, guardó el celular en la bolsa y salió sin hacer ruido.

Afuera, el viento de otoño soplaba helado. Selena, apenas cubierta por su vestido elegante, se quedó parada a la orilla de la calle, la falda granate ondulando con la brisa.

En la penumbra, su mirada era más suave que nunca, y aunque el aire la hacía tiritar, lo que más dolía era el ardor en sus ojos.

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Amor que Fue