Entrar Via

Celina: entre la medicina y el adiós definitivo romance Capítulo 8

La bofetada llegó tan de golpe que Celina ni siquiera alcanzó a reaccionar.

Hasta Lucía se quedó helada.

Felipe le apuntó con el dedo a la cara.

—¿Quieres divorciarte de Emilio? ¡Escúchame bien, eso jamás va a pasar!

—¿Tú crees que cualquier persona puede entrar a la familia Arce? ¡Fue pura suerte que se te abriera esa puerta! ¡El cielo te hizo ese favor! ¡No seas desagradecida!

¿Suerte?

Sí, claro. Si ella había tenido esa “suerte” fue solo porque, cuando era joven, no dudó en arriesgarlo todo para ayudar a Emilio a salir de los peores días de su vida. La familia Arce le debía ese favor. Nada más.

De pronto, soltó una carcajada amarga, los ojos a punto de estallar.

—Papá, nunca he entendido... Yo también soy tu hija. ¿De verdad, ante tus ojos, el único que cuenta es mi hermano?

—¿Me llamaste para venir sólo por él, verdad? No tienes que disfrazarlo, ni decir que era para invitarme a cenar. Si lo que quieres es que le pida dinero a Emilio, dímelo de una vez.

—Para ti y mamá, todo lo de mi hermano es indispensable. ¿Y lo mío? ¿No vale nada, o qué?

Felipe se atragantó, desvió la mirada y contestó, incómodo.

—Eres la mayor, Mati es tu hermano... ¿No te toca a ti apoyarlo?

Celina apretó los labios, conteniendo el llanto.

—Mantenerlo es tu obligación, no la mía.

—¡Tú...! —Felipe, fuera de sí, levantó la mano otra vez.

Celina se inclinó hacia él, desafiante.

—¡Órale, pégame de nuevo! ¡A ver si muy valiente!

Felipe temblaba de coraje, pero ya no se atrevió a tocarla.

—¡Felipe, ya basta! —intervino Lucía, saliendo de su shock y jalándolo hacia atrás. Luego se acercó a Celina—. Ya, hija, no pelees con tu papá. Esta vez sí es grave lo de Mati. Está detenido en la comisaría, y pensamos que, por la relación con la familia Arce, Emilio podría ayudarlo a salir.

Celina sintió que el hielo le recorría el alma.

Hasta ahora, lo único que les importaba seguía siendo Matías Flores.

A ella ni la volteaban a ver.

—No puedo ayudarles.

—Celi, es tu hermano de sangre...

Ya no pudo más. Su voz se quebró, el dolor la rebasó.

—¡Emilio me engañó! ¡Ya tiene un hijo fuera del matrimonio! ¡Estoy a punto de perder hasta mi lugar como señora Arce! ¿Cómo esperan que me humille a pedirle ayuda?

Capítulo 8 1

Verify captcha to read the content.Verifica el captcha para leer el contenido

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: Celina: entre la medicina y el adiós definitivo