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Comenzó una guerra, conquistó el mundo romance Capítulo 20

—Yo tampoco me lo explico. Me dijeron que Tomás y Arnaldo llevaron a más de cien hombres. Entonces, ¿qué provocó que terminara en tan mal estado? Hablé con Tomás, pero se negó a decir una palabra al respecto. Lo único que hizo fue advertirnos que nos mantuviéramos alejados de Leandro y que no nos metiéramos con él. —Bruno compartió con ellos lo que averiguó.

—¿Qué? ¿Cómo puede ser eso cierto? —gritó Benjamín con incredulidad—. Esto demuestra que Leandro le dio un susto de muerte a Tomás. Debe haber algo respecto a Leandro que hizo que él dijera tal cosa.

—A juzgar por sus palabras, parece que Leandro lo aterroriza —asintió José—. ¿Qué está pasando aquí? ¿Él no acaba de salir de la cárcel? ¿De dónde sacó el apoyo para expulsar a Arnaldo y a Tomás de la casa?

Victoria, la esposa de Bruno, enseguida dio su opinión.

—Apuesto a que Leandro se hizo amigo de algunos delincuentes cuando estaba en la cárcel y se ganó su apoyo. Así obtuvo los medios necesarios para enfrentarse a Tomás y a sus hombres. —Esbozó una sonrisa socarrona. «Aunque Tomás tenía cierta influencia, palidecía en comparación con los verdaderos grandes delincuentes de las calles. Lo más probable es que uno de ellos se aliara con Leandro para acabar con Tomás y sus hombres. O sea, ¿acaso Leandro no nos advirtió en el último banquete cuando celebramos la cotización de nuestras acciones? Nos exigió que nos arrepintiéramos y le ofreciéramos una disculpa en el plazo de un mes, o tendríamos que defendernos con todo lo que tuviéramos si no lo hacíamos».

Todo apuntaba a la posibilidad de que Leandro hubiera conseguido el apoyo y el respaldo de algunos criminales influyentes y poderosos.

—¡Sí, estoy seguro de que ese es el caso! Leandro debe haber conseguido en prisión el respaldo de algunos verdaderos peces gordos, ¡y ahora viene tras nosotros! —José no podía estar más de acuerdo con Victoria.

—Parece que hemos subestimado a ese pequeño bast*rdo. —Benjamín se acarició la barbilla y dijo meditabundo—: En verdad no es pan comido.

—Me importan un bledo los peces gordos que lo respaldan. ¡Me vengaré de él por haber dejado a mi hijo en un estado tan horrible! —resopló Javier. La venganza y el odio lo habían cegado.

—De ninguna manera permitiremos que quede impune, tío Javier. Pero tenemos que conocer bien la situación antes de atacar. Tenemos que averiguar quién lo respalda y qué trucos tiene bajo la manga. Aunque no tengamos miedo de enfrentarnos a él, debemos hacerlo de forma inteligente —señaló Bruno.

Capítulo 20 1

Capítulo 20 2

Capítulo 20 3

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