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Comenzó una guerra, conquistó el mundo romance Capítulo 28

—Claro. ¿Puedes averiguar el nombre de la mujer que está en la sala de interrogatorio? ¿Cómo? ¿Catalina Moreno? ¿Estás seguro?

Xavier le dijo el nombre a Esteban y, cuando este lo escuchó, haló a Xavier hacia una esquina.

—¡Tienes a la persona equivocada! ¡Catalina Moreno es la suegra de Guerrero Supremo!

—¿Qué? ¡Ay, Dios! —Xavier se llevó el mayor susto de su vida.

—Escucha, Xavier —indicó Esteban—, cancela cualquier información que se haya generado con respecto a este tema y haz como si hoy no hubiera ocurrido nada. Recuerda, ¡no digas ni una palabra sobre esto! Yo informaré al Dragón Azul y dejaremos que el Guerrero Supremo se encargue del resto.

—Está bien, eso haré. —Xavier todavía estaba nervioso por el susto que se había llevado y casi no podía evitar que sus piernas temblaran.

Leandro estaba con Zamira cuando el Dragón Azul lo llamó y, en cuanto le informó lo que había sucedido, fue hacia la estación de policía. Una vez allí, recogió su billetera, que estaba en manos de Xavier, sin llamar mucho la atención. Por fin, Xavier y sus hombres pudieron suspirar profundo aliviados.

—Guerrero Supremo, yo me encargo de lo demás —sugirió Xavier—. Yo le daré seguimiento al caso y me aseguraré de que todo vuelva a la normalidad.

Entonces Leandro asintió como muestra de su aprobación.

—¡Ya se puede ir, Señora Moreno!

Catalina, que se encontraba dentro de la sala de interrogatorio, se sintió muy aliviada al escuchar esas palabras y comenzó a llorar de nuevo, pero esta vez eran lágrimas de felicidad.

»Todo fue un malentendido, Señora Moreno. Ya se puede marchar porque descubrimos que la Identificación de Oficiales no es real, pero por favor comuníquele a su yerno que no debe usar esos documentos falsos para engañar a nadie, de lo contrario, ¡puede ir a prisión!

—¡Sí, oficial! —asintió Catalina con entusiasmo—. ¡Yo me encargaré de decirle!

—Está bien, suegra.

Después de decir esas cosas, los dos se fueron de la estación y Leandro llevó a Catalina al hospital. Cuando ella regresó, esperaba que todos la miraran de forma extraña. Sin embargo, todos se comportaron como si fuera un día de trabajo cualquiera. «¿Qué pasa? ¿No acaba de suceder un gran alboroto aquí? ¿Cómo puede ser que todos estén tan indiferentes?».

—Doctora Moreno, ¿estás bien? Estaba preocupada por ti. ¡Gracias a Dios que ya regresaste! Yo sé que he sido mala y cruel contigo, lo siento mucho —dijo Selena cuando apareció frente a Catalina—. Yo decidí no optar por el puesto de subdirector del departamento, pues creo que estás mejor calificada para ocupar ese puesto. Ya informé mi decisión a todos.

Catalina se quedó sorprendida por completo al escuchar las disculpas de Selena, que hasta había renunciado a competir por el puesto de subdirector. ¡Las dos llevaban años tratando de ocupar ese puesto! «¿Ella está renunciando al puesto de subdirector? ¿Qué rayos está pasando aquí? ¿Acaso ellos no saben que me arrestaron y me llevaron a la estación de policías? ¡Todos vieron lo que sucedió! ¿Por qué están tan raros ahora? Selena también está rara, parece que me tiene miedo. Los demás también se ven aterrorizados; lo puedo ver en sus ojos y sus rostros; ¡puedo sentirlo! Algo no me huele bien aquí. ¡Tengo que preguntarle a Leandro!».

Catalina sacó su teléfono y llamó a Leandro.

—¿Qué está pasando aquí, Leandro? ¿Me estás ocultando algo?

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