C24- 72 HORAS PARA LA VERDAD.
El rostro de Sara palideció.
—No… debe haber un error. Nosotros nunca vendemos…
—¿Lo va a negar? —la interrumpió otro, con una sonrisa arrogante—. Los hospitales no mienten.
Mason avanzó sin pensarlo, poniéndose delante de ella como un muro.
—Nombres.
Los hombres se miraron incómodos.
—¿Perdón?
—Dije que me den sus nombres —repitió Mason con una calma peligrosa—. Porque en menos de una hora mis abogados presentarán un recurso para frenar esta payasada.
El hombre del medio bufó.
—¿Y quién es usted para…?
—Mason Leclair —lo cortó, la voz firme, imponente—. Y lo que ustedes llaman negligencia, yo lo llamo un ataque premeditado. Así que más les vale no hacer movimientos en falso, porque van a necesitar abogados mejores que los míos cuando esto llegue a la corte.
En ese instante, dos hombres de traje se acercaron a paso firme y le entregaron una carpeta a Mason. Él ni siquiera los miró, solo extendió el documento hacia los inspectores.
—Léanlo.
El mayor lo tomó a regañadientes y su gesto cambió al repasar el sello legal.
—Esto… les da setenta y dos horas para presentar pruebas de que fueron víctimas de un sabotaje. Después de eso… si no logran demostrarlo, procederemos con la clausura definitiva y cargos formales.
—Perfecto —respondió Mason con un gesto seco.
Los inspectores sellaron la puerta con una cinta roja que decía CLAUSURADO. Mientras Sara los miraba con los ojos muy abiertos, incapaz de asimilarlo.
—No… no puede ser… —susurró, llevándose una mano al vientre y se dejó caer en una de las sillas cercanas—. Mason… no… no tienes que hacer esto. No es tu problema, yo puedo…
Él se inclinó, la tomó del mentón y la obligó a mirarlo.

Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: CONQUISTANDO A MI EXESPOSA SECRETA