Cuando el Anillo Cayó al Polvo romance Capítulo 268

Fabián, con el ceño tenso, trató de tranquilizarla:

—Confío en ti, Tatiana. También necesito que tú confíes en mí, te prometo que esto se va a calmar.

Ese video estaba tan bien editado que cualquiera pensaría que era la pura verdad, pero la realidad era otra. Para ir tan directo contra Tatiana, más que odio o venganza, todo se resumía en una sola palabra: dinero.

Mientras hubiera suficiente dinero de por medio, hasta el creador del video podría salir en público a confesar que todo era falso. Eso sería pan comido.

Sin embargo, Fabián había mandado a investigar y, para su sorpresa, ninguno de esos paparazzis había soltado ni una pizca de información útil sobre quién estaba detrás de todo.

—Tatiana, ve al hospital y pide un certificado que diga que nunca te has hecho cirugía en la cara. Hazlo en vivo, transmite todo.

Fabián se presionó las sienes, sintiendo que el dolor de cabeza se le intensificaba.

Si no encontraban a esa persona, por lo menos podrían frenar el escándalo usando ese tipo de estrategias para tranquilizar a los fans.

Él estaba seguro de que Tatiana nunca haría esa clase de tontería de someterse a una cirugía estética.

El problema era que en ese momento, las cosas entre él y Joana se habían puesto tensas.

Por si fuera poco, el papá de Fabián tampoco le quitaba el ojo de encima.

Ya no podía darse el lujo de meter mano como antes y usar el peso de la familia Rivas para bajar el tema de las tendencias o censurarlo en redes sociales.

Además, con el nivel de discusión que ya tenía el asunto, si intentaban bloquearlo, el efecto sería el contrario.

Tatiana, con los labios tan apretados que se le notaba la falta de color, preguntó:

—Fabián, ¿no hay otra manera de manejar esto? No quiero ir al hospital y me da miedo que los doctores me juzguen solo por cómo me ven la cara…

No podía creer que Fabián, teniendo el poder para callar a todos esos paparazzis, prefiriera obligarla a exponerse así, a tener que demostrar su inocencia de esa forma tan humillante.

Apenas había terminado un tratamiento de recuperación hace poco. Si ahora iba al hospital por ese certificado, era como ir a entregarse a sus enemigos.

Fabián seguía pensando que su miedo se debía solo a los doctores, así que le aseguró:

—Tatiana, tranquila. Los médicos son los mejores expertos, jamás se equivocarían evaluando tu cara.

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