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De Esposa Desechable a Cirujana Renacida romance Capítulo 219

Belén sabía que Tobías era coqueto, pero nunca se imaginó que fuera tan descarado.

Por un momento, no supo qué decir.

Al recordar que la ropa de Hugo todavía estaba sucia en el bolsillo, Belén cambió de tema.

—Tobías, voy a lavar algo, será mejor que te vayas de una vez.

Al oír que Belén iba a lavar, a Tobías se le borró la sonrisa.

—¿Qué vas a lavar?

Belén frunció el ceño y lo miró.

—Creo que eso no tiene nada que ver contigo.

Dicho esto, se dirigió al sofá para recoger la ropa sucia de Hugo.

Pero justo cuando se daba la vuelta, Tobías ya estaba frente a ella y le arrebató la ropa de las manos.

—Tus manos no son para estarle lavando la ropa sucia a ningún idiota.

Con una expresión fría, tiró la ropa de Hugo directamente al suelo.

Viendo su reacción, parecía que el que estaba enojado era él.

Belén, entre molesta y furiosa, lo miró fijamente.

—Tú…

Sin dejarla terminar, Tobías la miró con seriedad y declaró su dominio con aire posesivo:

—Belén, de ahora en adelante, no quiero que Hugo te vuelva a tocar la cintura. Tú eres mía.

Belén se quedó mirándolo, sin saber si hablaba en serio o solo estaba jugando con ella. Se sintió un poco perdida.

Después de pensarlo un poco, finalmente le dijo:

—Tobías, soy una mujer divorciada y con un hijo.

Quizás estaba siendo un poco egocéntrica, pero no quería que Tobías se hiciera ideas equivocadas. Incluso si él en realidad no sentía nada, había cosas que ella sentía que tenía que decir.

Tobías observó la seriedad de Belén, pero a él no pareció importarle en lo más mínimo. Se encogió de hombros y le respondió:

—¿Y eso qué? ¿Cuál es el problema?

Belén trató de evitar su mirada. No lo entendía, no podía descifrarlo.

Simplemente le dijo:

—No soy una jovencita, así que no juegues conmigo.

Tobías tenía demasiadas mujeres y Belén sabía cuál era su lugar. ¿Cómo iba a fijarse en alguien como ella?

Se agachó para recoger la ropa de Hugo y se dispuso a ir al baño, pero al pasar junto a Tobías, él la sujetó de repente por el brazo.

—Belén, nunca bromeo con las cosas que digo.

Para darle más seriedad al momento, no la llamó «bebé», como solía hacer con coquetería, sino que usó su nombre.

Capítulo 219 1

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