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De Esposa Desechable a Cirujana Renacida romance Capítulo 230

Sin embargo, su sonrisa se desvaneció rápidamente.

Quienes entraban no eran otros que Edgar y Frida.

Al entrar al restaurante, Frida vio a Hugo, se acercó y lo saludó.

—Hugo.

Hugo borró su sonrisa y respondió con frialdad.

—Hola.

Frida miró de reojo a Edgar, quien también la miraba a ella.

Tras un breve cruce de miradas, Frida se sentó junto a Hugo.

—Ya que nos encontramos aquí por casualidad, ¿te molestaría si comemos contigo?

Hugo bajó la vista al menú y se negó de manera tajante.

—Sí, me molestaría.

La sonrisa de Frida se congeló en su rostro.

Edgar, por otro lado, parecía a punto de estallar. Quería decir algo, pero Frida le hizo un gesto con la cabeza para que no lo hiciera.

Con una sonrisa forzada, Frida le dijo a Hugo con cautela:

—Hugo, todos fuimos alumnos del profesor Rodrigo, y tú siempre has sido mi ídolo. Justo tengo algunas dudas sobre medicina que me gustaría consultarte. Por favor, danos el gusto.

Al escucharla, Hugo cerró el menú y la miró con una leve sonrisa.

—No creo tener las credenciales para que me consulten nada.

Aunque sonreía, la sonrisa no le llegaba a los ojos; de hecho, tenía un matiz de burla.

Edgar ya no pudo contenerse y le gritó a Hugo:

—¡Hugo, deja de hacerte el interesante!

En ese momento, las recepcionistas de la entrada saludaron al unísono:

—Bienvenidos.

Hugo miró instintivamente hacia la puerta y vio que era Belén.

Frida, al ver que Hugo miraba hacia la entrada, también se giró y la vio.

Capítulo 230 1

Capítulo 230 2

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