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De Esposa Desechable a Cirujana Renacida romance Capítulo 234

De esa forma, lo había dejado sin excusas para impedir que se quedara a cenar.

Aunque Tobías era un descarado, se había movido en el mundo de los negocios y sabía perfectamente qué estrategia usar con cada persona.

Una vez sentado, Tobías volvió a levantar su copa y brindó con todos, empezando por Gonzalo y terminando, incluso, con Rosario.

Después de la ronda de brindis, por fin empezó a comer.

¿Quién de la alta sociedad iría a un lugar de estofados?

Pero Tobías era la excepción. Sin mostrar el más mínimo desdén por la familia Soler, se sirvió comida de la olla.

Cuando encontraba algo delicioso, lo compartía con Belén y Rosario.

Tobías se portó tan bien que a Rosario le encantó.

—Señor, ¿usted es amigo de mi tía? —le preguntó.

—Sí, somos amigos, pero no lo seremos para siempre.

Rosario no entendió lo que quería decir y arrugó la nariz.

—¿Por qué no pueden ser amigos para siempre?

Tobías le acarició la cabeza con una sonrisa.

—Cuando crezcas, lo entenderás.

Al escuchar lo que Tobías le decía a su hija, Leandro estuvo a punto de estallar, pero Dolores, por debajo de la mesa, le dio un golpecito en la mano y negó con la cabeza.

El fuego que sentía por dentro se apagó al instante.

Belén no conocía mucho a Tobías, pero en esa cena vio una faceta diferente de él.

Frente a su familia, no la llamó «cariño» ni le puso una mano encima. Al contrario, fue atento y considerado con ella.

Le servía comida, le llenaba el vaso e incluso le recordaba que se limpiara la comisura de los labios.

A pesar de la presencia de un extraño como Tobías, el ambiente no se tensó, porque él se encargaba de animar la conversación.

La cena, al final, fue bastante agradable.

***

Fabián acababa de llegar a la Mansión Armonía. Aún no se había bajado del carro cuando recibió un mensaje de WhatsApp.

Bajó la vista. Era de Edgar. Le había enviado una foto.

En la imagen, Belén y Tobías estaban sentados juntos. Tobías le servía comida, y toda la familia Soler los observaba. El ambiente parecía muy armonioso.

Fabián se quedó mirando la foto un buen rato. Por alguna razón, le pareció una de esas cenas para conocer a los suegros.

No le respondió a Edgar, simplemente guardó el celular.

Capítulo 234 1

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