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De Esposa Desechable a Cirujana Renacida romance Capítulo 321

Tobías se rio al ver la seguridad en el rostro de Edgar.

—Señor Guzmán, ¿tan seguro estás? ¿O qué? ¿Eres el perrito faldero de Frida?

El semblante de Edgar se tornó pálido de inmediato. Replicó, furioso:

—Tobías, no te pases de listo.

Tobías levantó la barbilla, mirándolo desde arriba con una arrogancia que lo aplastaba y se burlaba de él.

—¿Y tú quién eres para hablarme así?

Edgar, furioso, estuvo a punto de lanzarle un golpe, pero Lucas lo detuvo del brazo.

—Edgar, cálmate, es la fiesta de cumpleaños del señor Orlando.

Era obvio que Edgar no sacaría nada bueno de una pelea con Tobías.

Consciente de ello, Edgar dejó de provocar y, molesto, se dio la vuelta bruscamente.

—Nos vamos.

La mirada de Guillermo se apartó de Belén, que estaba detrás de Tobías, y siguió a Edgar y Lucas hacia la entrada de la mansión Chávez.

Al entrar, Guillermo volteó a ver a Belén una vez más. Curvó los labios en una sonrisa fría.

—Interesante.

Era la segunda vez que veía a Belén, y Guillermo pensó que no solo era hermosa, sino que también parecía ser de su gusto.

Cuando Fabián se divorciara de ella, tal vez él podría aparecer en el momento justo para consolar su corazoncito roto.

Y cuando se aburriera, simplemente la dejaría tirada.

La sola idea de pensarlo lo emocionó todavía más.

Solo cuando ese grupo de gente fastidiosa entró en la mansión Chávez, Tobías se giró para mirar a Belén. Le preguntó en voz baja:

—¿Estás bien?

El rostro de Belén permanecía impasible, sin rastro de alegría o tristeza. Negó con la cabeza.

—Estoy bien.

Al ver su indiferencia, Tobías se sintió aliviado.

Notó que le costaba caminar con los tacones, así que tomó su mano y la colocó en su propio brazo. Le ordenó con tono autoritario:

—Agárrate de mí.

Belén no se negó. Se aferró suavemente a su brazo.

—De acuerdo.

Al entrar en la mansión Chávez, lo primero que vieron fue un enorme jardín. Sobre el césped había dispuestas numerosas mesas y sillas, y sobre las mesas, una deslumbrante variedad de frutas y pastelitos.

Además de la comida, había champaña, vino tinto, refrescos…

Había muchos invitados, de todas las edades.

Como Belén no conocía a nadie, se mantuvo al margen de las conversaciones.

Capítulo 321 1

Capítulo 321 2

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