Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 119

Ramiro levantó la cabeza, pero en su mirada se notaba la lucha interna.

Micaela parpadeó varias veces, intrigada por la actitud de Ramiro, y lo miró con más curiosidad.

Ramiro aflojó el puño que tenía apretado y soltó un suspiro profundo.

—Mica, mejor te lo cuento después, ¿sí?

Pero Micaela ya tenía la curiosidad a tope. Se le acercó, intentando tranquilizarlo.

—Ramiro, ¿qué podría haber entre nosotros que no se pueda decir? Dímelo ya, por favor. Quiero arrancar cuanto antes con esta investigación.

Ramiro la miró con una mezcla de preocupación y cariño.

—¿Aun si esta investigación termina siendo para salvar a Samanta, tú igual quieres participar?

Micaela, en el fondo, no tenía la menor intención de salvar a Samanta. Pero el propósito de esa investigación era más grande: se trataba de salvar a todas las personas que sufrían por esa enfermedad, no solo a Samanta.

Además, descubrir la cura para la leucemia era el sueño de toda su vida.

Tenía que meterse cuanto antes a ese proyecto. Según su línea de investigación, existía la posibilidad real de lograr un avance gigante: que la leucemia pasara de ser una sentencia de muerte a una enfermedad crónica controlable, incluso curable por completo.

—Ramiro, no puedes dejarme fuera solo por un tema personal. Te prometo que voy a manejar mis emociones, no voy a dejar que nada me distraiga del trabajo —aseguró Micaela con total sinceridad.

Se preguntaba si Ramiro la estaba alejando por miedo a que sus sentimientos interfirieran y retrasaran la investigación.

Ramiro se quedó callado un momento, luego soltó otro suspiro.

—Cuando terminemos de comer, acompáñame a mi oficina.

...

A la una y media de la tarde, Micaela entró al despacho de Ramiro. Él cerró la puerta con cuidado, lo que la dejó aún más desconcertada.

¿Qué tanto misterio traía Ramiro ahora?

Él abrió el cajón más bajo de su escritorio, sacó una carpeta y se la entregó.

—Mira esto.

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