Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 482

Jacobo acababa de soltarla y, al notar que su postura al tomar el palo no era la correcta, volvió a colocarse detrás de ella. Su figura imponente casi la envolvía por completo. Con voz suave, le dijo:

—Relaja más la muñeca.

—¡Eso, justo así!

Cuando Jacobo se hizo a un lado, Micaela volvió a golpear la pelota. Esta vez, logró un tiro bastante decente. Emilia, que observaba la escena, aplaudió emocionada:

—¡Guau! Mica, sí que se nota la diferencia cuando tienes a alguien que te enseña.

Ese día, Micaela llevaba puesto un conjunto deportivo color rosa claro. Tenía el cabello recogido en un chongo alto, y algunos mechones sueltos le caían junto a la cara, resaltando sus facciones delicadas. Debajo de la falda deportiva, sus piernas largas y delgadas, rematadas por unos tenis blancos, parecían aún más estilizadas bajo el sol. Todo en ella brillaba, como si la envolviera una luz especial.

—Jacobo, eres increíble. Micaela era una novata total y lograste enseñarle de un solo intento —dijo Samanta acercándose, con una sonrisa juguetona.

Jacobo la miró y le devolvió el cumplido:

—La verdad, tu tiro de hace rato también estuvo muy bien, ¿quién te enseñó?

Samanta sonrió y, casi sin querer, dirigió la mirada hacia Gaspar:

—He estado practicando mucho —respondió.

Emilia no pudo evitar notar esa mirada. Así que fue Gaspar quien le enseñó. No cabía duda, esas clases privadas de golf tenían su toque de complicidad. Seguramente, Gaspar se había tomado su tiempo para enseñarle a Samanta más de una vez.

Mientras tanto, Micaela se concentraba en mejorar su técnica. Con un nuevo movimiento, hizo otro tiro elegante. Emilia volvió a aplaudir, animándola:

—¡Muy bien! ¡Estás avanzando un montón!

Samanta, por su parte, levantó la voz para que todos la escucharan:

—Micaela, aprendes rapidísimo. Ya no pareces una novata, ¿eh?

El comentario llevaba doble filo: insinuaba que Micaela había fingido ser principiante solo para que Jacobo se acercara a enseñarle.