Divorciada: Su Revolución Científica romance Capítulo 865

Adriana siempre supo que su hermano mayor tenía una fortuna considerable, pero ver de repente un laboratorio tan impresionante la dejó boquiabierta.

—¿Esto también es de mi hermano?

Justo en ese momento, vio cómo se abría la puerta de una sala de juntas y salían Gaspar y un hombre extranjero, que con solo mirarlo se notaba que era alguien del mundo académico.

—Doctor, le presento a mi hermana —Gaspar hizo las presentaciones con Ángel.

La última vez que Adriana se había hecho un chequeo, no fue en el laboratorio de Ángel, sino que solo se tomó una muestra de sangre en el hospital, así que no lo conocía en persona.

Ángel la miró con amabilidad.

—Señorita Adriana, ahora voy a hacerle una revisión completa. Le pido que colabore, por favor.

Adriana sintió cómo se le helaba la sangre. Miró a su hermano y preguntó:

—¿Por qué me vas a hacer un chequeo tan de repente? Si yo estoy perfectamente bien.

Aunque últimamente había estado mareada y sin energía, ella siempre lo achacó a desvelarse. Era joven, y pensaba que cualquier cosa que tuviera solo podía ser un malestar menor.

Gaspar se le acercó y la observó detenidamente, fijándose en unas pequeñas manchas rojas bajo los párpados, igual que las que su mamá tuvo antes de enfermarse. Era un síntoma que no podía ignorar.

—No hagas berrinche, ve y hazte el chequeo —la voz de Gaspar sonó tan firme que rozaba lo cortante.

Adriana, acostumbrada a salirse con la suya, no pudo sostenerle la mirada a ese hermano tan serio. Murmuró un:

—Bueno...

Y, de mala gana, se dejó guiar por el equipo de Ángel.

Gaspar se quedó en la sala de juntas, esperando en silencio. Parecía estar tranquilo, pero la tensión se le notaba en los labios apretados y en cómo tamborileaba los dedos sobre la mesa. Cada golpe era como el eco de sus pensamientos.

...

Adriana salió de los exámenes, se sentó en el sofá y empezó a jugar con su celular, aburrida. Gaspar, que la vigilaba de reojo, no le dijo ni una palabra.