El Arte de la Venganza Femenina romance Capítulo 224

Romeo pensó que Ariana lo interrogaría sobre sus motivos, y así él podría aprovechar la oportunidad para humillarla.

Pero Ariana solo soltó una risita, y después le dijo:

—Romeo, no solo voy a denunciarte por difamación y amenazas, sino que además te advierto: cuando salgas de aquí y ya hayas pagado tu castigo, más te vale que aprendas a comportarte. No te atrevas a volver a buscarme ni a molestar a mis amigos.

—Si le pasa algo a cualquiera de nosotros, tú serás el principal sospechoso. Así que mejor cuídate de no volver a meterte en problemas.

Ariana sabía perfectamente que, aunque esta vez Romeo intentó arrastrarla y después la insultó y amenazó, al final no había causado daño real; a lo mucho, lo detendrían unos días.

Pero, incluso con solo unos días en la comisaría, eso bastaba para que Romeo perdiera la cara frente a sus amigos de siempre.

Romeo quedó aturdido.

No solo Ariana ignoró lo que él había dicho antes, sino que insistía en denunciarlo, dejándolo completamente descolocado.

Cuando por fin reaccionó y quiso contestar para no quedar tan mal, Liam no le dio ni tiempo.

—Vamos, directo a la sala de interrogatorios —ordenó Liam, cortante.

El daño que Romeo había causado a la tienda de ropa ya alcanzaba el monto suficiente para abrirle una carpeta de investigación, así que Liam lo llevó directo al área de interrogatorios. Además, ya habían avisado al dueño de la tienda para que se presentara y colaborara en la investigación y la solución del problema.

Romeo apretó los dientes, tragándose la rabia.

Ya dentro de la sala de interrogatorios, Ariana se acercó a Luisa, quien la miraba con ojos llenos de admiración. Le dijo dos cosas rápidas, y luego fue a la ventanilla para levantar la denuncia formal contra Romeo por amenazas.

Cuando terminó todo ese proceso, ya eran más de las dos de la tarde.

Luisa se había ido antes de que llegara el dueño de la tienda de ropa.

Ariana también estaba por salir; quería recoger la ropa que había comprado para su papá. Sin embargo, no alcanzó a cruzar la puerta del lugar cuando la voz de Liam la detuvo.

—¡Señorita Santana, espere un momento!

Ariana se detuvo al escuchar que la llamaban y se giró.

Aunque su rostro lucía más joven que en su vida pasada, Ariana sentía una extraña familiaridad al mirarlo.

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