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El Baile de Despedida del Cisne Cojo romance Capítulo 147

—¿Escuchaste bien? ¡Estefanía no va a regresar a casa! —Diego empujó el hombro de Benicio.

Benicio, que ya casi había levantado a Estefanía en brazos, terminó sentado de nuevo por el empujón.

Jerónimo, de repente, sintió que el ambiente se ponía tenso. Diego ya había bebido demasiado esa noche y le preocupaba que algo se saliera de control, así que intervino:

—Ya estuvo, ya es tarde. Hoy la pasamos bien, mejor vámonos a descansar.

—¡No! —Diego ni pensó en ceder, apretando el hombro de Benicio con fuerza—. ¡Nadie se va hasta que se acabe el alcohol!

Benicio, curtido en los negocios, podía oler una tormenta a kilómetros. Si hasta Jerónimo notaba la tensión, ¿cómo no iba a notarla él?

El gesto de Benicio se endureció.

—Diego, te lo paso por esta vez porque andas pasado de copas, pero cálmate. No te pongas en plan de loco.

—¿Loco yo? ¿Que me calme yo? —La hostilidad en la mirada de Diego ya era imposible de esconder—. Benicio, yo más bien te pido que tú te controles.

De pronto, Diego lo agarró de la camisa y jaló con fuerza.

Benicio sujetó la muñeca de Diego, deteniéndolo.

—¿Viniste a armar bronca o qué?

—¡Sí! —gritó Diego—. ¡Vine a eso! ¡Benicio, dime qué le hiciste a Estefanía! ¡¿Qué le hiciste?!

La voz de Diego resonó con furia, los ojos inyectados de rabia.

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