El Baile de Despedida del Cisne Cojo romance Capítulo 233

En realidad, la sala de ensayos era solo un sitio para practicar danza, no el lugar más adecuado para una rehabilitación. Faltaban equipos, y ese era el mayor problema.

Estefanía se devanaba los sesos viendo aquel video de rehabilitación, intentando adaptar cada movimiento a su situación, modificando las posturas para que fueran posibles en ese espacio y para su propio cuerpo.

Antes, cuando hacía su recuperación en la clínica, siempre tenía a una enfermera a su lado. Ahora, sin nadie que la asistiera, terminaba cayéndose una y otra vez.

Al poco rato, ya estaba empapada de sudor y el dolor la hacía morderse los labios.

—¡Estefanía!

Justo cuando volvió a caer al piso, una voz suave y femenina sonó a su espalda. Al mismo tiempo, unas manos firmes y flexibles la ayudaron a levantarse, igual que cuando practicaba en la academia de danza años atrás.

—Señora Montoya… —murmuró ella, un poco nerviosa. Junto a la maestra venía Noel, quien le sonrió y asintió para saludar.

Estefanía deseaba recuperarse.

Pero no quería que otros lo supieran. Temía ilusionar a los demás y, si no lograba mejorar, terminaría defraudándolos.

La señora Montoya negó con la cabeza, claramente poco convencida.

Estefanía pensó que su maestra tampoco creía que pudiera rehabilitarse, y sintió una punzada de desilusión. Aunque, a decir verdad, nunca tuvo demasiada esperanza, así que la decepción tampoco era tan grande.

Aun así, tratar de sonreír en ese momento la hacía sentir incómoda.

—Ay, niña, ¿cómo vas a hacer esto sin protección? ¿Quieres terminar toda vendada como tamal? —le regañó la señora Montoya, mirándola con esa mezcla de cariño y molestia—. Aquí somos un montón en el grupo de la gira, hay varios maestros y asistentes, ¿por qué no pides ayuda? ¿Te da pena hablarle a alguien? ¿Te da pena buscarme? ¡Si hasta compartimos cuarto!

—¡Y aquí estoy yo también, Estefanía! —agregó Noel, animado—. Hoy ya terminé mi función, mañana te acompaño a practicar.