El Baile de Despedida del Cisne Cojo romance Capítulo 235

A excepción de las fotos de festividades, aniversarios y cumpleaños, todas las demás imágenes de su vida juntos las había tomado ella a escondidas. Usaba la cámara para capturar estos cinco años de él, pero en realidad, lo que estaba guardando era su amor absoluto y pleno por él.

Solo cuando amas a alguien de verdad, te entra esa necesidad de guardar cada uno de sus gestos, de sus momentos. Nunca te parecen suficientes fotos, nunca te cansas de mirarlas.

Cinco años, casi dos mil días. Si hubiera tomado una foto por día, ya serían más de mil. Y la verdad, nunca era solo una por día.

Ya no dudó más. Deslizó el dedo para seleccionar todas las fotos y después presionó el botón de eliminar.

Cinco años, más de dos mil días y noches, bastaron apenas unos toques para borrar todo.

Después, con un solo clic, vació la carpeta de eliminados recientes. Así, la imagen de esa persona desapareció por completo de su galería.

De repente, el celular se sintió vacío.

Y en su pecho, también sintió que algo se había ido.

Sin embargo, no sentía tristeza.

Era como esos videos de “desapego” que ahora se vuelven virales en internet: al tirar la basura acumulada, la casa entera se sentía más ligera, más llena de luz.

Afuera, el cielo estaba de un azul profundo y el sol bañaba el mundo con una capa dorada, haciendo que todo brillara con fuerza.

...

Puerto Maristes.

En ese momento ya era atardecer.

Benicio regresó a la oficina después de estar fuera un rato.

Apenas abrió la puerta, comenzaron a caer pétalos por todas partes. Al mirar bien, se dio cuenta de que la oficina estaba decorada con globos y flores frescas, quién sabe desde cuándo.

—¡Feliz cumpleaños!

La voz de Cristina, dulce pero llena de entusiasmo, llenó el espacio. Ella , Gregorio y Ernesto salieron de sus escondites muy animados.

Fue entonces cuando Benicio se dio cuenta: hoy era su cumpleaños.

Durante los últimos cinco años, nunca podía recordar ese día. Siempre era Estefanía quien…

Al pensar en ese nombre, arrugó la frente y se obligó a sacarlo de su mente.