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El Baile de Despedida del Cisne Cojo romance Capítulo 329

Por supuesto, aquí alguien tuvo que haber pagado para que esos perfiles de mercadotecnia movieran el tema, si no, ¿cómo se explica que de repente todos publicaran lo mismo? Y seguro también pagaron para subirlo a tendencias, de otra manera, ni que fueran celebridades para que el asunto explotara tan rápido.

Como el escándalo venía etiquetado con lo de “heredera de familia rica” y “gente trabajadora”, la gente en redes no tardó en volcarse con simpatía hacia los trabajadores y lanzarse con todo contra Gilberto y Estefanía, tachándolos de insensibles y abusivos.

Incluso hubo quienes empezaron a boicotear la llegada de la empresa de Gabriel a Puerto Maristes, gritándole extranjero explotador y acusándolo de venir solo a sangrar al país.

Jerónimo incluso contó que algunos de sus compañeros habían tratado de defenderla en los comentarios, pero sus palabras se perdieron entre la marea de insultos, ni siquiera lograban destacar.

Estefanía le dio una revisada rápida a los comentarios y al ver tantas cuentas sin seguidores, repitiendo párrafos idénticos, entendió de inmediato que habían comprado bots para manipular la conversación.

Cuando Gilberto regresó, la vio pegada al celular y, sin pensarlo, intentó quitárselo.

Estefanía lo detuvo de inmediato, no dejándolo salirse con la suya.

Por la mirada de su hermano, supo que él ya estaba enterado de todo.

—¿Ya sabías y ni me avisaste? —le reclamó, mirándolo de reojo.

Gilberto sonrió apenas.

—Estas cosas no son para que las vean los niños.

Estefanía puso los ojos en blanco.

—Voy a verlo, y de paso se lo mando a Benicio —le soltó, y antes de que pudiera detenerla, ya estaba reenviando el enlace.

Hasta hace un rato todavía le daba vueltas la cabeza pensando qué haría si Benicio no quería divorciarse mañana, pero ahora, ¿cómo podría atreverse a negarse?

Al ver que su hermana no parecía tan afectada, Gilberto respiró más tranquilo.

—La verdad, solo me preocupaba que te pusieras mal.

Estefanía negó con la cabeza. ¿De verdad la creía tan frágil? ¿Como para que algo así la tumbara?

...

Mientras tanto, el celular de Benicio sonó.

Al ver que era un mensaje de Estefanía, se le aceleró el corazón y abrió rápido la conversación.

Pero lo que apareció fue un enlace directo al tema en tendencia…

Benicio había estado presente toda la noche, sabía perfectamente cómo habían pasado las cosas, pero el video estaba editado de manera que todo se veía diferente.

Gregorio se limitó a sostenerle la mirada, sin decir nada.

—Tú… —Benicio lanzó el brazo para golpearlo, estuvo a nada de romperle la nariz, pero al final se contuvo.

—Beni —Gregorio le sujetó el puño—. Sé que no quieres hacerlo. Llevamos años siendo hermanos. Todo lo que hice fue por ti, por la empresa.

La rabia de Benicio no desapareció. Golpeó con fuerza una de las columnas del salón.

—¿Tienes idea de lo que acabas de hacer? Ahora sí, Estefanía y yo estamos acabados…

...

En otro lado, Gilberto cortaba carne mientras hablaba con Estefanía.

—Hace rato el señor Mateo me contó algo.

—¿Qué cosa? —preguntó Estefanía, sin apartar la vista del celular, aunque ya acomodaba sus cosas.

—Alguien sobornó al equipo técnico del salón para que pusieran el video de tendencias en la pantalla gigante —dijo Gilberto, empujándole el plato con la carne bien cortada.

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