Cuando Cristina pronunció la palabra “boda”, su mirada se clavó en Estefanía, rebosante de desafío y de un orgullo apenas disimulado.
Benicio tembló de pies a cabeza, como si lo hubieran golpeado con un balde de agua helada, y no apartó los ojos de Estefanía.
—Estefanía…
Ella le respondió con una sonrisa que era todo menos cálida.
—¿Se van a casar? Felicidades, felicidades. ¿Y ya tienen fecha para la fiesta?
El rostro de Benicio se puso tan pálido que parecía que se iba a desmayar.
—No es así, Estefanía, déjame explicarte…
Estefanía soltó una risa cargada de ironía.
—¿Por qué está tan nervioso, señor Benicio? ¿Acaso le preocupa nuestro acuerdo?
—¿Qué acuerdo? —preguntó Cristina, acercándose con su vestido largo arrastrando por el piso.
—Ah, —replicó Estefanía con otra sonrisa—, es un trato que tengo con el señor Benicio. ¿Por qué no mejor le preguntas tú?
Sin apartar la vista de Benicio, añadió:
—Señor Benicio, qué prisa la suya. Por lo menos espere a que tengamos los papeles del divorcio en la mano, ¿no le parece?
El rostro de Cristina se transformó al instante, y, fingiendo fragilidad, se puso a punto de llorar delante de Estefanía.
—Estefanía, por favor dime que no vas a echarte para atrás. Te lo ruego, déjalo en paz. Beni ya ha sufrido cinco años por tu culpa. ¿Por qué no puedes dejarlo ir?
Estefanía parpadeó, incrédula.
—Cristina, mejor pregúntale a él quién no deja ir a quién. Te lo suplico, ¿sí? Haz un esfuerzo y que por fin acepte que, terminando el periodo de espera, vayamos a firmar el divorcio.
La mirada de Estefanía era dura como el acero, dirigida directamente a Benicio.
—¿Cómo puedes decir eso? —musitó Cristina entre lágrimas—. Si eres tú la que lo chantajea con tu pierna lastimada. Beni es un buen hombre, claro que no se atreve a dejarte. Te lo ruego, no sigas aferrándote a él. ¿Por qué no lo dejas en paz?
En el fondo, lo que más inquietaba a Estefanía en ese momento no era la noticia de la boda entre Benicio y Cristina, sino el hecho de que siempre había intentado proteger a su abuelita de todo ese drama. Aunque la señora ya sabía que su matrimonio estaba en crisis y que el divorcio era inminente, Estefanía no quería que enfrentara en persona toda esa miseria.
Apretó la mano de su abuelita con fuerza, deseando que todo ese espectáculo terminara de una vez para poder consolarla y salir de ahí.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Baile de Despedida del Cisne Cojo
Muy bonita novela desde principio cada capítulo es un suspenso...