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El Baile de Despedida del Cisne Cojo romance Capítulo 546

Si hubiera sido otra mujer la que, señalando los platos, le dijera que eso lo había cocinado Benicio, Estefanía habría pensado que estaba presumiendo. Pero viniendo de Ana, no le dio en absoluto esa impresión.

—Benicio no cocina mal —dijo Ana—. El pastel le queda muy bueno.

Estefanía sonrió ligeramente.

—Sé que hace buenos pasteles, ¿no abrió su pastelería por ti?

Estefanía juraría que lo dijo sin una pizca de acidez, solo con un dejo de nostalgia y melancolía.

Pero, para su sorpresa, Ana respondió:

—¿Por mí? No, a mí no me gustan esas cosas.

—¿Ah, no? —Estefanía se quedó un poco desconcertada.

—De hecho, me burlé de él por ser tan infantil —dijo Ana con una sonrisa.

De repente, Estefanía recordó que el día que Benicio le explicó por qué la pastelería tenía forma de casita de galleta, lo había dicho en español.

«¿Será que Ana no lo entendió en ese momento?», pensó.

—Ahí viene —dijo Ana, sonriendo a la cámara.

«¿Benicio?», se preguntó Estefanía.

Al instante, Benicio apareció en la pantalla, sonriendo desde el otro lado.

—Estefanía, ¿ya regresaste? ¿Todo bien en el viaje?

—Sí, todo bien. —Estefanía los miró a los dos juntos en la pantalla y de pronto pensó que formaban la composición perfecta para una foto.

Una mesa acogedora, la cena que él había preparado con sus propias manos, ella sentada esperándolo y él de pie detrás de su silla, ligeramente inclinado.

Estefanía hizo una captura de pantalla. Salió perfecta, justo en el momento en que Benicio y Ana sonreían. Con el estilo clásico europeo de la casa de fondo, parecían una pintura al óleo.

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