El Baile de Despedida del Cisne Cojo romance Capítulo 55

Benicio revisó los papeles uno a uno, hasta que de pronto soltó una risa burlona.

—Señor... —Viviana dudó un poco, sin saber si había algún problema.

—No tiene nada que ver contigo, saca los diez de una vez —gruñó Benicio, con voz áspera.

Hasta Cristina notó algo raro y le preguntó en voz baja:

—Beni...

En ese momento, Viviana vio que Estefanía venía caminando despacio desde el fondo. Mostrando preocupación, primero le preguntó a Estefanía:

—¿Ya regresaste? ¿Cómo te fue? ¿Estás bien?

Benicio y Cristina voltearon hacia allá al mismo tiempo, y los dos vieron a Estefanía.

Estefanía no estaba segura si era su imaginación, pero sentía que los ojos de Benicio echaban chispas.

Viviana la saludó y le dijo:

—Siéntate un momento, ¿sí? Primero termino de revisar los relojes de ellos y luego veo tu anillo.

—¿Qué anillo? —Benicio intervino enseguida, y su voz estaba llena de desconfianza.

En ese instante, su mirada fue directo a las dos argollas de jade que estaban dentro del mostrador.

—¿Estas dos? —preguntó, señalando el vidrio con el dedo, con un tono que se sentía como una presión sobre todos.

Viviana no tenía idea de qué estaba pasando ni por qué preguntaba eso. Mucho menos sabía cómo contestar; después de todo, eran cosas que le habían traído a ella, ¿por qué él preguntaba así?

Estefanía no quiso ver a Viviana en esa situación incómoda, así que contestó de una vez:

—Sí, son esas dos.

La mirada de Benicio ardía aún más mientras la miraba.

—Señora Téllez, qué bárbara, ¿eh?

No era un cumplido, pero Estefanía le respondió tranquila:

—Gracias, lo tomaré como tal.

—¡Ven acá! —soltó Benicio, de pronto, fuera de sí.

Estefanía se sentó sin moverse ni un centímetro.

Él se acercó hasta ponerse justo frente a ella. Tal vez porque estaban en un lugar público, intentó contenerse, pero no pudo evitar el sarcasmo:

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