El Baile de Despedida del Cisne Cojo romance Capítulo 83

—Perdón, Sr. Benicio, no me fijé —dijo Estefanía bajando la mirada hacia Benicio—. Pero, ¿de verdad el café está tan feo? ¿Por qué no has probado ni un sorbo? Dime, ¿qué está más amargo, tu vida o el café?

—Clang—, el sonido de la cuchara de Ernesto al caerse dentro del tazón retumbó en la mesa.

Con esas palabras, Estefanía dejó claro que había escuchado todo lo que habían estado diciendo sobre ella.

—¿Eh? Ernesto, ¿ni la cuchara puedes sostener? ¿Será que los asusté? Perdón, mejor me voy y los dejo desayunar a gusto —y tras una sonrisa tranquila, Estefanía se levantó y comenzó a salir del comedor con paso lento.

Detrás de ella se escuchó el golpeteo de platos y cubiertos, seguido del tono entrecortado de Cristina, suplicando casi al borde del llanto:

—Gregorio, ya basta, no seas impulsivo, ¿sí? Piensa en Beni, ¿cómo crees que se siente? ¿No podemos ponernos en su lugar solo por una vez? Déjame, yo voy. ¡Déjame ir a mí!

—¡Estefanía! —la llamó Cristina desde atrás.

Debido a la dificultad que tenía Estefanía para caminar, Cristina la alcanzó rápidamente.

Cristina se puso delante de ella, pero antes de decir nada, rompió en llanto:

—Estefanía, perdóname, lo de anoche fue mi culpa. No debí llamar a Beni, pero... la verdad es que estaba muy asustada. Yo... he pasado por cosas que ni te imaginas, y anoche tuve una pesadilla. Sé que no debí hacerlo, me equivoqué, si quieres culpar a alguien, cúlpame a mí. Si quieres tirar agua, tíramela a mí, pero no te desquites con Beni, ¿sí?

Benicio, que hasta ese momento había permanecido sentado, se levantó en cuanto vio a Cristina ir tras Estefanía y la siguió enseguida.

Ahora, frente a Estefanía, estaban Benicio y Cristina. Benicio la miraba con intensidad, casi desafiándola:

—Estefanía, Cris no lo hizo con mala intención. Si tienes algo que decir, dímelo a mí.