Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 161

Sofía, en su rol como secretaria ejecutiva del presidente de la Corporación Sierra, conocía bastante bien los círculos financieros de Puerto Azul. El videojuego de Sebastián en definitiva tenía potencial, pero el hecho que Gabriel se presentara en persona era algo innecesario.

Si Gabriel había ido, solo podía significar una cosa: este proyecto no lo había descubierto el director de proyectos de Inversiones Frontera por mérito propio. Más bien, Gabriel había dado la orden y el señor Santana solo cumplió con hacer el papeleo correspondiente.

Sofía había cortado toda relación posible con Diego, y eso incluía a su amigo del alma, Gabriel.

Su plan era que Sebastián y Joaquín rechazaran el trato para luego entrar ella como inversora.

Pero para su sorpresa, Sebastián se le adelantó y la soltó para decir:

—Señor Santana, ¡se acabó el trato!

Joaquín casi se cae de espaldas.

—Pero ¿qué dices, Sebastián?

—Agarra tus cosas y vámonos. —Sebastián sonaba inflexible, sin dejar lugar a discusión.

Joaquín palideció de la rabia que sentía.

Gabriel no contaba con encontrarse a Sofía en ese lugar. Cuando el señor Santana la mencionó, igual decidió seguir adelante.

—Tranquilos, que no hagamos negocios no significa que no podamos compartir un café —comentó Gabriel con cierta calma.

A Sebastián le caían fatal esos ojos profundos de Gabriel. Desde el primer momento, notó cómo miraba a Sofía con descaro. Por más que tratara de disimularlo, el instinto masculino de Sebastián no se equivocaba: Gabriel fingía un interés genuino en su proyecto, pero su verdadero objetivo era Sofía.

Ya bastante tenía con soportar a Diego. Y Gabriel era de la misma calaña que Diego, ¡pájaros del mismo plumaje que no valían nada!

—¡No me interesa tomar café contigo!

El señor Santana no podía creer la arrogancia juvenil de Sebastián. Gabriel tendría paciencia, pero en Puerto Azul no había alguien que pudiera tratarlo de esa manera. ¿Este muchacho no tenía idea con quién estaba tratando?

Gabriel pasó de Sebastián y posó su mirada en Sofía.

—Si tu hermano no quiere hablar conmigo, ¿qué tal si conversamos tú y yo?

Sebastián saltó y dijo:

—¿Y de qué van a hablar ustedes dos?

—¿Cuál es tu verdadera intención con Sebastián?

Gabriel sintió una pequeña punzada al notar las barreras de Sofía.

La última anterior, le había sido tan fácil ganarse su confianza.

Este cambio tan radical solo podía tener una explicación: Sofía había cortado en definitiva con Diego.

Y él, siendo amigo de Diego, quedaba en el bando enemigo.

Era parte del daño colateral.

Gabriel no sabía si sentirse aliviado o decepcionado.

—Mira, en mi opinión Diego se excedió con Sebastián. Y que todo pasara en mi bar me dejó un mal sabor de boca... No te voy a mentir, no soy ningún alma caritativa. Pero el incidente me llevó a conocer el videojuego, le pedí al señor Santana que lo evaluara, y resulta que el proyecto de Sebastián vale la pena. Por esa sencilla razón decidí invertir.

La explicación de Gabriel era perfecta, sin ningún tipo de grietas. Sofía no encontró nada sospechoso y decidió creerle.