Valentina no estaba segura de si Diego se había olvidado de ponerse el anillo o si simplemente ya no pensaba usarlo nunca más.
Si era lo segundo… no sabía si podría aceptarlo.
Muchas veces las relaciones no se rompen por discusiones fuertes, sino por los pequeños detalles.
Ojalá solo estuviera imaginando cosas.
El chofer, cuando la miró por el retrovisor, dudó un momento antes de hablar.
—Señor Villareal, la señorita Valentina está mirando hacia el auto, ¿quiere que le diga algo?
Diego, con los ojos cerrados, no respondió.
El chofer no volvió a insistir y aceleró un poco más.
Valentina no reaccionó hasta que el auto desapareció de su vista. Entonces volteó y fue a la empresa de Mateo.
En la sala de reuniones, Mateo estaba explotando de ira, gritándole a su equipo técnico, los mismos que habían sufrido el ataque al proyecto más importante de la compañía.
Valentina no lo interrumpió. Se quedó esperando afuera hasta que él notó su presencia. Solo entonces dejó de gritar y, con la cara tensa, salió a verla.
Ella caminó directamente hacia la oficina de él y, cuando se sentó en su silla, lo miró fijamente.
Cuando Mateo la vio así, se rio con amargura.
—No habrás venido a regañarme, ¿o sí?
—Cuando pasa algo, ¿puedes calmarte? —respondió Valentina con voz cortante—. ¿Crees que gritar va a solucionar los problemas?
—¿Y qué, no puedo enojarme? —gritó él—. ¡Me pasan estas desgracias y no tengo derecho ni a molestarme! Si no fuera por ese inútil de Ricardo y su equipo, ¡jamás me habría pasado esto! Valentina, si solo vienes a sermonearme, entonces mejor vete.
Ella se puso más seria, pero sabía que no era momento de regañarlo.
—Llévame a ver.
Mateo, consciente de que su hermana tenía conocimientos técnicos, respiró hondo varias veces para calmarse y la llevó al departamento de sistemas.
Valentina pensaba que, al fin y al cabo, los datos podían recuperarse, así que no entendía por qué Mateo estaba tan descontrolado. Ella misma había evaluado un caso parecido cuando Joaquín buscó desesperadamente ayuda: su asistente, Jessy, le mostró el problema y ella calculó que podría resolverse en un mes.
Por eso creía que también ahora podría arreglarse.
Pero cuando revisó la situación, quedó paralizada.
Toda la base de datos había sido formateada.
—¡Esto fue por culpa de Diego! ¡Él me mandó a hacerlo y ahora Sebastián la agarra conmigo para vengarse! ¡Como yo no tengo quién me defienda, me ataca a mí! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué tengo que ser yo el maldito desgraciado?!
Valentina no respondió.
Él, cada vez más fuera de sí, gritó:
—¡Esto empezó por culpa de Diego! ¡Así que ayúdame! Haz que Diego me pague las pérdidas. Él tiene dinero de sobra, ni lo va a sentir. ¡Y de paso, que se encargue de que Sebastián no pueda volver a salir a la puta calle! Para él no es nada difícil. ¡Valentina, habla con él por mí, sé que puedes hacerlo!
La decepción se notó en la cara de Valentina.
—Sí, fue Diego quien te dio la orden. Pero dime, ¿tú de verdad no querías hacerlo?
Mateo quedó petrificado, con los ojos muy abiertos.
—¿Qué insinúas?
—Diego te dio treinta millones de dólares. Tu proyecto se perdió, sí, pero lo que tú perdiste es mínimo en realidad.
Mateo no podía comprender cómo podía decirle algo tan cruel. La miró, furioso.
—¿Qué estás diciendo? ¡Soy tu hermano! ¿Y no vas a apoyarme? ¿Te volviste loca?

Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano
Por favor otros medios de pago para poder conseguir monedas😫...
Muy hermosa pero hay mucha dificultad para leerla porque hay que tener monedas y sin ellas no hay acceso a los capítulos hay que tener otros métodos de desbloqueo gracias...
Please can you publish more than 6 chaps/day.. And today no chaps ???...
🥲...
Pague la aplicación y aún me faltan párrafos deberían prestar más atención en la traducción xq falta contenido no vuelvo a comprar en su aplicación...
Xq no ponen toda la novela de una sola vez me encanta y siempre tengo que esperar al otro día...
Me encanta la pasión la frialdad lo intenso ay no tiene de todo...
Es interesante...