Alejandro era alguien que nunca había sabido qué quería. Por eso, cuando sintió que Sofía era una presencia distinta en su vida, todavía le costaba decidir si eso significaba que la quería de esa manera o no.
Hasta que viajaron a San Rafael. En realidad, esa vez en el crucero, cuando Javier lo drogó, no fue un accidente, sino algo planeado por él. Alejandro no entendía sus propios sentimientos, así que quiso ponerse a prueba: si perdía el control, ¿sentiría algo diferente por Sofía?
Ya había estado bajo efectos parecidos y, aunque algunas mujeres se le iban encima, controlaba sus impulsos con facilidad. No sentía nada, sin excepción. Pero, cuando se trataba de Sofía, su voluntad se derrumbó en un instante. No pudo controlarse y terminó abalanzándose sobre ella.
Esa noche perdió el control y eso fue la respuesta que buscaba. En ese momento, confirmó lo que llevaba en el fondo de su corazón. Sin embargo, para no asustarla, hizo un esfuerzo enorme por reprimir el impulso, calmarse y ocultar sus verdaderos sentimientos. Decidió esperar a que ella se divorciara de Diego. Y, al fin, su espera dio fruto.
Como Alejandro no le respondió de inmediato, Sofía empezó a preguntarse si debía aceptar o no. Acababa de salir de un matrimonio de tres años y estaba vacía. Más allá de contratar strippers para pasarla bien sin compromisos, no tenía interés en los hombres. Así que, aunque a su lado estuviera él, irradiando carisma a cada momento, ella no pensaba en él de ese modo.
Además, Diego no era el tipo de hombre que supera a su expareja; al contrario, estaba cada vez más fuera de control y no quería dejarla ir. Él era obsesivo y Sofía no tenía cómo enfrentarlo. Entre las personas que conocía, solo Alejandro podía contenerlo.
Acudir a Eduardo no era una opción. Ella lo respetaba, pero era ya un anciano; además, siempre apoyaba a Diego; él trataría de reconciliarlos antes que separarlos. Si él fingía tener buenas intenciones, seguro el abuelo estaría de su lado.
Dentro de la familia Villareal, el único en el que podía confiar era Alejandro, que además de no llevarse con Diego, tenía la capacidad para enfrentarlo.
Si él fuera más débil, Sofía lo resolvería sola. Pero con su poder, incluso podía llegar a hacerle daño a Sebastián. Ella no podía arriesgarse. Por eso, en realidad solo tenía una opción: aceptar la propuesta de Alejandro y convertirse en su novia.
La idea la repelía, pero no había mejor alternativa. Así que se dio cinco segundos para decidir.
“5… 4… 3… 2…”
Entonces Alejandro retiró la mano con la que le aplicaba la pomada y dijo con calma:
Él se fijó en cada una de sus reacciones y dijo, con voz grave:
—¿Sabes por qué Camilo siempre bromea con nosotros dos?
—Será porque es su pasatiempo, ¿no? —dijo ella.
—No. Es porque mi mamá me presiona para casarme y tú, como mi secretaria, eres la única mujer que tengo cerca. Camilo, para cumplir con la tarea de mi madre, no hace más que provocar.
—Señor Montoya, eres un buen partido; seguro no te faltan admiradoras —dijo. Y, de la nada, se dio cuenta de que estaba entrando en un terreno personal, casi íntimo. Pero la curiosidad pudo más y prestó toda su atención.

Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano
Por favor otros medios de pago para poder conseguir monedas😫...
Muy hermosa pero hay mucha dificultad para leerla porque hay que tener monedas y sin ellas no hay acceso a los capítulos hay que tener otros métodos de desbloqueo gracias...
Please can you publish more than 6 chaps/day.. And today no chaps ???...
🥲...
Pague la aplicación y aún me faltan párrafos deberían prestar más atención en la traducción xq falta contenido no vuelvo a comprar en su aplicación...
Xq no ponen toda la novela de una sola vez me encanta y siempre tengo que esperar al otro día...
Me encanta la pasión la frialdad lo intenso ay no tiene de todo...
Es interesante...