Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 305

—…Señor Montoya, no es que me incomode, solo no quiero volverme un problema para ti—dijo Sofía. Después de su matrimonio con Diego, había perdido todo interés en los hombres; dos años o cinco le daban lo mismo.

Alejandro se quedó perplejo.

—¿Un problema... para mí?

—Claro, en dos años ya... vas a cumplir treinta —respondió, sin saber si estaba diciendo lo correcto.

—Si de verdad quieres formar una familia, no te conviene perder ese tiempo conmigo.

Hubo un silencio breve. Alejandro pareció ponerse rojo, algo casi inaudito en él.

—¿Me estás llamando viejo? —dijo entre dientes.

—…No, no, para nada. Creo que estos dos años serán tu mejor etapa —dijo ella rápido.

Él contuvo la rabia.

—Eso no debería preocuparte.

Sofía bajó la cabeza.

—Sí.

—Entonces, ¿puedes aceptar el plazo de dos años?

—Sí, lo acepto.

Cuando tomara la decisión, ya no habría marcha atrás. En realidad, su objetivo final no era que ella fingiera ser su novia. Pero, aun así, le concedía eso, aunque fuera una trampa, porque Sofía ignoraba sus verdaderas intenciones.

Ella lo entendía. Si aceptaba y luego se retractaba, estaría perdida. Solo podía lidiar un poco con Diego; no soportaría tener también a Alejandro en su contra. Lo que llamaban un trato, en realidad era un compromiso de dos años, sin opción a romperlo, bajo ninguna circunstancia.

Y los adultos debían hacerse responsables de sus decisiones.

Sofía no dudó:

—Señor, lo tengo claro. Durante estos dos años fingiré ser tu novia. No tendré pareja ni aceptaré trato alguno con otros hombres.

Cuando la escuchó, él no respondió. Se recostó en el asiento del carro y suspiró. Sus dedos temblaron y sus manos sudaban. Hasta ese momento se dio cuenta de que había estado tenso todo el tiempo. Ni siquiera cuando lo persiguieron sicarios en el extranjero se había sentido tan nervioso.

Su corazón latía acelerado, su respiración era incontrolable. El cuerpo ya no respondía a su voluntad, se dejaba guiar solo por instinto. Una sensación extraña, peligrosa… pero tan intensa que sabía que la recordaría toda la vida.