Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 311

Miguel había ido porque su padre lo había presionado.

En la gala benéfica de la familia Suarez, incluso le había enviado un mensaje para presentarle una empresa tecnológica en pleno auge.

Miguel estaba a cargo de la filial tecnológica de su familia.

Su presencia ese día no era más que un compromiso de trabajo.

Sin embargo, poco antes de salir, se enteró de que esa empresa se llamaba SCI Tec.

El problema era que la directora de SCI Tec había insultado a Valentina, a quien él consideraba un verdadero talento en tecnología. Para él, esa directora arrogante y sin visión había demostrado no tener los pies en la tierra. En su momento lo dijo con claridad: nunca cooperaría con SCI Tec.

En realidad, él no tenía el menor interés en estar allí.

Pero su padre insistió en que detrás de SCI Tec estaba el grupo de Alejandro, y por eso no había escapatoria.

Además, SCI Tec tenía el proyecto Lugi—X, una tecnología que representaba la ventaja competitiva de la empresa, y muchas compañías buscaban arrebatársela.

Así que, al final, fue.

Sabía que la directora de SCI Tec se llamaba Carmen; la había visto en esa gala benéfica. Salvo por su disgusto hacia ella por lo ocurrido con Valentina, no tenía una opinión real sobre ella.

Lo que no esperaba era descubrir que Carmen y Sofía se conocían.

De repente, todo encajó.

Si Carmen había atacado a Valentina, seguro había sido por influencia de Sofía, movida por los celos y la venganza.

La desconfianza de Miguel se convirtió en una hostilidad abierta.

Carmen se molestó. Con una fortuna de varios miles de millones de dólares, se codeaba con personas de su mismo nivel o superior. Tenía capital y carácter, pero también sabía medir sus límites.

Que Miguel conociera a Diego solo hizo que le diera una peor impresión. Por instinto, lo habría echado a patadas, pero no dejaba de ser hijo de un magnate de Puerto Azul, así que decidió concederle unos minutos de paciencia.

—Soy yo —dijo, haciéndose a un lado.

—Podemos hablar.

Carmen tomó asiento junto a Sofía.

—¿Y tú? ¿Quién te crees? Hasta Santiago me trata con respeto, ¿y vienes a ponerme mala cara?

Para Miguel, hijo del hombre más rico de Puerto Azul, el comportamiento de Carmen era inconcebible. Todo, pensaba, se reducía a Sofía.

Que Carmen la defendiera era, para él, pura estupidez.

Burlón, volteó a ver a Sofía.

—Deja de fingir. Ya te divorciaste de Diego.

Y, al voltear hacia Carmen, añadió con desprecio:

—Lo único que busca trayéndola aquí es hacerla codearse con nosotros. Ella no tiene nada que ver con esta negociación. Si digo que se largue, ¿no es lo más lógico?

Cuando escuchó la palabra “lárgate”, Carmen perdió la paciencia.

Se levantó de golpe, tomó un vaso de la mesa y se lo arrojó a la cara.

Miguel, sin esperarlo, no tuvo tiempo de esquivar. El vidrio lo golpeó de lleno en la frente, y un hilo de sangre empezó a deslizarse por su cara.