Él Eligió a Otra, Yo Elegí a Su Hermano romance Capítulo 412

Sofía no esperaba enterarse de semejante chisme.

Pero tampoco se sorprendió. Alejandro era un hombre excelente; era lógico que muchas personas se sintieran atraídas por él.

La indiferencia con la que él mencionó el asunto también dejaba claro que no sentía nada por Priya.

Si la quisiera, estaría con ella.

—Estoy segura de que cuando la conocí, nadie sabía que fingíamos ser pareja. Entonces, ¿por qué tanta hostilidad hacia mí? —preguntó Sofía.

—Tal vez nos vio antes —contestó Alejandro.

Eso mismo había pensado ella, ya que Priya había sido capaz de llamarla por su nombre.

Pero Priya era celosa de verdad. Incluso si se habían cruzado por casualidad, Sofía y Alejandro nunca habían tenido ninguna muestra de afecto en público. ¿Y aun así se ponía celosa? ¿Y la atacaba por eso?

Además, ella ni siquiera era el punto central.

Priya era la que estaba enamorada de Alejandro; lo que importaba era la actitud de él.

Si solo se fijaba en las mujeres que lo rodeaban, se estaba perdiendo lo esencial.

Alrededor de Alejandro seguro había muchas mujeres; si Priya se tomaba el trabajo de enfrentarse a cada una, ¿no se cansaría?

Además, Carlos era amigo de Alejandro, y él conocía a Priya desde hacía mucho tiempo. Si en serio hubieran podido estar juntos, ya lo estarían. No se trataría de un amor imposible como ahora.

Al pensar en eso Sofía sintió un dolor en el pecho.

De repente, se vio reflejada en esa historia.

La diferencia era que Alejandro ignoraba a Priya, mientras que Diego había aceptado casarse con ella. En ese entonces, Diego le había dado tantas esperanzas...

Los recuerdos irritaron a Sofía.

Prefirió no seguir pensando en eso.

Por suerte, Alejandro le dio algo más en que pensar.

—¿Esto es un problema para ti? —le preguntó.

Sofía volvió en sí y contestó con sinceridad:

—Sí. Me molesta que me busquen problemas sin razón. Menos mal que no hicimos pública nuestra relación; si lo hubiéramos hecho, los conflictos sociales serían aún peores. Al menos Priya estaría más furiosa.

Miró las manos de Alejandro sobre el volante.

—Aunque si lo pienso, se compensa. Ella me molesta, pero tú me defiendes, así que no le tengo miedo. Carlos es una persona muy razonable; por eso no permitió que su hermana hiciera una escena delante de todos.

Callado, Alejandro miraba la carretera.

Si en ese momento hiciera pública su relación con Sofía, habría muchos inconvenientes... pero al mismo tiempo, nadie se atrevería a meterse con ella.

Sin embargo, no era el mejor momento. El cumpleaños de su abuelo Eduardo se acercaba, y si lo anunciaba ahora, tendría que dar demasiadas explicaciones.

Ella no se dio cuenta del pequeño cambio en su expresión y continuó:

—Esta semana debería haber sido yo la que te contactara primero.

Alejandro guardó silencio un momento.

Había estado dándole vueltas a eso toda la semana, y Sofía lo mencionó de manera casual.

Él le preguntó, sin pensarlo:

—¿Por qué no me escribiste?

—Tenía miedo de que estuvieras muy ocupado —contestó Sofía.

—Ah... ya veo —murmuró Alejandro.

Por una razón tan simple había pasado una semana entera pensándolo. Ni él mismo podía creer que le afectara tanto.

Sofía notó algo especial en su tono.

—¿Estabas esperando mi mensaje? —preguntó, sorprendida.

—Sí —contestó él.

Ahora fue Sofía la que se quedó atónita.