Entrar Via

El Valiente Renacer de una Madre Soltera romance Capítulo 339

—Enfermera… mi papá tiene problemas del corazón.

Apenas Isidora terminó de decirlo, las manos de la enfermera se quedaron quietas.

Ella miró con atención a Oliver.

—¿Usted tiene problemas del corazón?

Oliver se quedó helado, pero terminó asintiendo.

—Sí, pero es solo sacar un poco de sangre, no pasa nada. Primero salven a la niña.

La enfermera dejó de inmediato lo que tenía en las manos y habló con firmeza.

—¡Eso no se puede!

—A los pacientes con problemas del corazón no se les puede sacar sangre para transfusión.

Negó con la cabeza, tratando de tranquilizarlo.

—Señor Rojas, tenemos que seguir buscando sangre compatible.

—¿Seguir buscando? ¿Y si se nos acaba el tiempo y ya no hay nada que hacer?

Con rabia, Oliver se levantó de la silla y pegó la mano en la mesa, su expresión era tan dura que cualquiera se hubiera intimidado.

La enfermera tembló del susto, y se le cayó un tubo de ensayo al piso, que se quebró con un estruendo.

Justo en ese momento, Ivana entró por la puerta y se quedó sorprendida al ver la escena.

Ella sabía bien que Oliver siempre había estado celoso de la cercanía especial que tenía con Isi, pero también conocía lo mucho que Oliver se cuidaba. Solo el seguro médico que pagaba cada año para sí mismo llegaba al millón de pesos.

¿De verdad iba a arriesgarse así por Isi? Sacar sangre a alguien con problemas del corazón era una locura.

A Ivana le dio vueltas la cabeza. Por un lado, sentía culpa por su mejor amiga y por eso había tratado a Isi con tanto cariño estos años. La niña siempre había sido educada, agradecida y atenta, y la verdad, Ivana sentía que ni su hija biológica le llegaba a los talones. Pero Oliver… ¡él pasaba la vida trabajando fuera!

Sin embargo, al ver el rostro pálido de Isidora, Ivana no pudo evitar que el corazón se le rompiera.

Ese dolor la hizo olvidarse del pensamiento absurdo que acababa de cruzarle la mente.

Se tragó las ganas de llorar y puso una mano sobre el brazo de Oliver.

—Tu salud también importa. No quiero que por salvar a la niña termines tú en la sala de emergencias.

—¿Y qué? ¿Quieres que me quede de brazos cruzados y vea cómo le pasa algo a mi hija?

Oliver le gritó, con el rostro encendido de coraje, mirando con rabia a Ivana en la puerta.

Ivana se quedó paralizada, sorprendida de que Oliver le hablara así solo por Isi. ¡Después de todo, ella era su esposa!

La expresión de Ivana hizo que Oliver reaccionara. De inmediato, cambió su cara por una mezcla de cansancio y arrepentimiento. Se frotó las sienes, derrotado.

—Ivana, perdón. Estoy muy preocupado por Isi. Esta niña siempre te ha tratado tan bien, para ti es como si fuera tu propia hija, y yo solo temo que si le pasa algo, tú no lo soportes.

Las palabras de Oliver lograron suavizar el corazón de Ivana.

—Lo sé, también estoy preocupada por la niña, pero no puedes sacrificar tu salud. A lo mejor hay alguien más con el mismo tipo de sangre.

Ivana solo intentaba tranquilizarlo, diciendo lo primero que se le ocurrió.

Pero Oliver entrecerró los ojos de golpe, y su expresión normalmente serena se volvió seria.

—¿AB?… —repitió, y miró a Ivana—. ¡Sofía! Recuerdo que nuestra hija Sofía también es AB, ¿no?

El solo mencionar a Sofía, con la que apenas tenía trato, puso a Ivana nerviosa. Todo lo demás se le olvidó.

—¡Sí! ¡Enseguida le marco a Sofía!

—Esto pasó por su culpa. Fue ella quien le hizo daño a Isi. ¡No hay nadie mejor para donar sangre que ella!

Nuestro precio es solo 1/4 del de otros proveedores

Historial de lectura

No history.

Comentarios

Los comentarios de los lectores sobre la novela: El Valiente Renacer de una Madre Soltera