El Valiente Renacer de una Madre Soltera romance Capítulo 43

Joel murmuró algo por lo bajo, con una melancolía difícil de explicar, una de esas tristezas que no se pueden poner en palabras.

Sofía no captó el trasfondo de lo que Joel había dicho; solo pensó que le había parecido sorprendente y, con una risa ligera, respondió:

—Así es la vida, nunca sabes qué te espera.

El final de su frase quedó flotando en el aire, tan sutil como el humo, desvaneciéndose lentamente.

Los ojos de Joel temblaron apenas, casi imperceptibles.

El interior del carro volvió a sumirse en silencio. Solo se escuchaba el murmullo de Sofía, que le hablaba en voz baja a Bea para tranquilizarla.

—Ya llegamos.

El vehículo se detuvo frente a un callejón tranquilo y alargado, en cuyo extremo solo se veía una pequeña casa con la puerta abierta de par en par.

—Es una casa vieja, espero que la abogada Rojas no se moleste —comentó Joel, bajando del carro para ayudarle a Sofía con el equipaje. Rascándose la cabeza, se notaba un poco apenado.

Sofía agitó ambas manos, negando con una sonrisa.

—Al contrario, tengo que agradecerte en nombre de Bea y mío por recibirnos.

—Por cierto, dime Sofía, ¿sí? Eso de abogada Rojas... ya no ejerzo como abogada, así que suena raro.

Su sonrisa era cálida, pero Joel alcanzó a ver la fragilidad y la nostalgia que se ocultaban detrás de esos labios curvados.

Él apretó los labios, sin animarse a contradecirla.

—Claro, aboga... Sofi.

Joel lo dijo con cierta torpeza, pero se notaba que intentaba acercarse.

Sofía le regaló una sonrisa aún más amplia, dándole a entender que aceptaba el apodo.

—Hay varios cuartos desocupados, Sofi, puedes escoger el que quieras —comentó Joel mientras jalaba la maleta de Sofía hacia la casa. Al llamarla por su apodo por segunda vez, ya se notaba más confiado.

Al llegar a la puerta, Joel se detuvo de pronto.

—Sofi, aunque ya no seas abogada, para mí siempre serás la mejor abogada de todas y mi ejemplo a seguir.

Lo dijo con tanta seriedad y brillo en la mirada que casi hizo que Sofía soltara una carcajada, aunque en el fondo la conmovió el gesto.

—Me siento muy honrada —replicó ella, con una sinceridad que se notaba en sus ojos.

Joel puso el equipaje de Sofía en su lugar y, tras despedirse, regresó rápidamente a la empresa.

Capítulo 43 1

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