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Embarazada del CEO. romance Capítulo 9

Narra Kim

Sabiendo que debo saber esa respuesta hoy mismo, tomo las pruebas de embarazo para marcharme al baño, aprovechando que mi jefe, estará ocupado con ‘la socia’ por más de dos horas.

Con la ansiedad rodeándome abro las pruebas de embarazo y comienzo a colocar la muestra de orina en la misma. Aquí es donde me pregunto, ¿qué tanto puedes hacer para tener un bebé?

¿Qué tan dispuesta estás por cumplir tu sueño de ser una buena madre cuando no tienes quien te ayude a serlo? Esas preguntas vienen a mi mente en estos momentos y la respuesta me llega de inmediato, estoy dispuesta hacer todo lo posible por ser una buena madre.

Porque incluso, no me importa ir a la cárcel, si eso me deja tener a mi hijo. No me importa lo que pueda pasar con mi vida, ahora lo que me importa, es saber si realmente hay un bebé en mi interior. Eso es lo que me importa y priorizar a mi posible bebé por encima de mí, es un indicio de ser buena madre, ¿no?

Suspiro profundo, para no mostrar mi enorme alegría ante la posibilidad de ser madre. Porque solo tener esa posibilidad, me hace sentir bien, si quedo embarazada, la felicidad será doble. Ante el desespero, caminó de un lado al otro esperando que se cumpla el tiempo para revisar si es verdad o no.

Me encuentro en el baño del piso de presidencia, sabiendo que puedo ser regañada por el señor Delacroix, por haber dejado mi puesto de trabajo. Pero ni siquiera eso o la posibilidad de ir a la cárcel, me importa.

Ahora lo importante es saber si estoy embarazada. Además, él está con su tercera conquista, hablando de “negocios” y yo necesito saber si el semen que mi mejor amiga me ayudó a conseguir, pudo lograr su objetivo; embarazarme.

Ansiosa porque la prueba de embarazo en test de positivo, caminó de un lado al otro para sentir que el tiempo pasa rápido. Pero realmente pasa demasiado lento y más, por la ansiedad que tengo de las consecuencias que esto puede causar.

Porque sé lo que estoy jugando, sé que mi mejor amiga y única familia puede estar en problemas si esto se sabe. Pero… lo necesito, necesito tanto tener una familia que lleve mi sangre y que me diga madre, que me arriesgue. Las dos nos arriesgamos.

Mi teléfono suena con insistencia y sé que es Lu, mi loca y mejor amiga que es ginecóloga en el hospital de obstetricia y fertilidad Sloan. Gracias a ella, tengo la probabilidad de quedar embarazada.

Y por eso, las dos tenemos el riesgo de ir a la cárcel por el robo de una de las dos muestras de esperma que robamos y ella me ayudó a inseminarme.

Una inseminación que hoy podría efectuarse y ayudarme a cumplir el sueño de ser madre. Un sueño que muchos creen egoísta por no tener un esposo a mi lado, pero para mí, es el sueño más grande por el que he trabajado duro para verlo hecho realidad.

Nerviosa, tomo el teléfono y respondo la llamada caminando lentamente hacia la prueba de embarazo al ver que ya es momento de ver el resultado. Mi voz, apenas es audible cuando intento hablar y por ello, carraspeo mi garganta para emitir un sonido claro.

—Lu… — susurro, pero las palabras se atascan en mi garganta ante el miedo.

—Dime si el robo que puede costarme mi carrera, ha valido el esfuerzo — dice Lu tan ansiosa como yo.

—Yo…— susurro llegando a la prueba de embarazo que muestra el signo más en ella. Apenas veo el resultado, las lágrimas corren por mis mejillas, demostrando cuán feliz estoy por el resultado.

Por fin, Kim. Por fin vas a ser madre. Este plan si funcionó y no necesitarás a ningún hombre a tu lado. Podrás centrarte en ver cumplir el sueño de ser madre a partir de ahora.

—Kim, dime de una vez antes que me dé un ataque. — pide Lu

—Es positivo… yo… estoy embarazada. — susurro y casi de inmediato, siento como me toman de la mano y me atraen hacia un torso duro.

Alessandro… — dice su tercera conquista fuera de la sala de conferencias.

Ahora no, Brenda — dice pasando a su lado y cerrando la puerta tras nosotros y colocarme sobre la misma para quedar prisionera de la puerta y su cuerpo.

¡Pero Alessandro, no hemos hablado de nuestro acuerdo! — grita permitiendo que lo escuchemos, pero Alessandro la ignora.

Su enojo es evidente y la vena en su frente a punto de estrellar, me dice que no podré razonar con él por más que busque la manera de llegar a un acuerdo. Por lo que, intento buscar una ruta de escape. Pero a menos que tenga alas y vuele en el aire, no podré escapar por la pared de vidrio que da al lado opuesto de nosotros.

Prometí que sería bueno contigo y lo he sido, así que, ¿por qué me has robado mi muestra de semen, Kim Morgan? — dice con voz gruesa y amenazante.

Señor Delacroix, esa no fue mi intención.

¿Entonces cuál era su intención al robar el semen de otro e inseminarse?

Yo… podemos llegar a un acuerdo. Podemos solucionar las cosas.

Claro que lo vamos a solucionar, mi abogado se va a comunicar contigo y la doctora que te ayudó en esta locura, Kim Morgan.

Bien, creo que no podremos hablar tranquilamente de eso. Realmente vamos a quedarnos en la cárcel. Rayos, ¿por qué si vi las dos muestras, no tomé la que no era de Alessandro Delacroix? Quizás él no hubiese tomado esto personal sino, como una desastrosa coincidencia.

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