Trago duro al escuchar lo que mi padre me dice. No es posible que esto esté pasando, ¿es un sueño? ¿Quizás los Stewart me han tratado mal todo este tiempo para recompensarme? ¿Quizás se dieron cuenta que amo a Harding y por eso, me están diciendo esto?
— Reacciona de una vez, Miley. Necesito que te vistas rápido. — dice mi padre y yo reacciono.
— Lo siento, esto me ha sorprendido.
— Bueno, supera el asombro y vamos. Necesito que te vistas rápido, tú y tu hermana tienen la misma contextura. — dice mi madre midiendo por encima de la ropa el vestido de novia.
— No, ella es más delgada.
— Bueno, no respires para que te entre el vestido.
Un golpe se escucha y mis padres ahogan un gemido cuando en medio de gruñidos, alguien grita: ¡¿Dónde está Marisa?!
Entonces era por eso. Se ha ido. — digo mentalmente.
Mis padres retroceden y la puerta de la habitación, se abre de un golpe con una patada que rompe la puerta, mostrando al hombre que hiperventila del enojo.
— ¡¿Dónde está?! — pregunta molesto.
— Ella…
— No necesitas preocuparte, señor Lennox, aquí edta mi hija mayor. Ella es tan buena como Marisa.
— ¿Tan poca cosa soy que me entregas a esta mujer que tanto desprecian? — pregunta Harding molesto y yo bajo mi mirada, con dolor.
Comentarios
Los comentarios de los lectores sobre la novela: Esposa sustituta